Dora del Hoyo. Conoce a san Josemaría

En este cuento podrás descubrir

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Dora del Hoyo conoce a san Josemaría

Dora conoció a san Josemaría en 1945 cuando entró a trabajar como empleada del hogar en el colegio mayor Moncloa. Ella cuenta: el Padre entró donde nos encontrábamos todas las que atendíamos el servicio, nos preguntó de donde éramos cada una, como nos llamábamos, que trabajo hacíamos, si estábamos contentas, si nos cuidaban bien y añadió: ahora tenéis que vivir las cosas pequeñas que es donde os vais a santificar.

Nos transmitía alegría porque el era muy alegre y divertido, muy humano. Nos decía: debéis estar muy alegres porque sois hijas de Dios. Recuerdo que otro día nos preguntó: quien quiere trasladarse a Roma, todas contestamos afirmativamente. Pues ir preparando los papeles. Yo le dije: Padre yo ya los tengo preparados porque me iba a trasladar a Alemania y no me he ido.

Al poco tiempo varias no trasladamos a la sede central de la Obra. Al día siguiente entró acompañado de d. Álvaro donde estábamos y nos dijo: hoy os vamos a acompañar a san Pedro a rezar un credo y nos pidió que rezaramos mucho por el Papa, fuese quien fuese, debéis quererle muchísimo, porque lleva un gran peso sobre sus espaldas y necesita de nuestro apoyo. Después de nos acompañaron a que conociéramos los lugares más emblemáticos de Roma.

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Colección especial de fábulas y cuentos infantiles
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Reflexión sobre San Josemaría

Josemaría Escrivá de Balaguer y Albás nació en Barbastro (Huesca, España) el 9 de enero de 1902. Sus padres se llamaban José Escrivá y Corzán y María de los Dolores Albás y Blanc. Fue el segundo de seis hermanos; sus tres hermanas pequeñas murieron siendo niñas. El último, Santiago, nació en 1919 y falleció el 25 de diciembre de 1994 a los 75 años de edad. Cuando Josemaría cumplió dos años, padeció una enfermedad grave en la que se temió por su vida. Tras su recuperación, sus padres lo llevaron en peregrinación a la ermita de Torreciudad en cumplimiento de una promesa a la la Virgen María por su curación. En los años 1960, Escrivá impulsó la construcción de un santuario en Torreciudad. Josemaría estudió en el colegio de los escolapios de Barbastro (octubre, 1908-1914).​

En 1914 quebró el negocio del padre, que era un comercio de tejidos, por lo que la familia quedó en la ruina. Tuvieron que trasladarse a Logroño, donde su padre encontró un trabajo como dependiente. Escrivá continuó estudiando hasta acabar el bachillerato. En las Navidades de 1917-18, al ver las huellas de pasos de un carmelita descalzo en la nieve, quedó impresionado y decidió hacerse sacerdote. Ingresó en el seminario de Logroño como alumno externo en el mes de octubre de 1918.

En septiembre de 1920 se trasladó a Zaragoza. Algunos de sus compañeros del seminario de Zaragoza lo recuerdan como un joven despierto, inteligente y alegre, a la vez que muy piadoso.

Fundación del Opus Dei

En 1927 se trasladó a Madrid, con permiso de su obispo, para iniciar la tesis del doctorado en Derecho.

Trataba sacerdotalmente a muchas personas de diversos ambientes sociales. Dedicó las mejores horas de su juventud, como capellán del Patronato de Enfermos, a la atención de numerosos enfermos y niños desvalidos de los barrios pobres de Madrid. ​ Al mismo tiempo trataba con muchas otras personas: alumnos y profesores universitarios, obreros, dependientes de comercio, artistas, etc.

El 2 de octubre de 1928, según su propio testimonio, «vio» que Dios le pedía que difundiese en todo el mundo la llamada universal a la santidad, y que abriera un nuevo camino dentro de la Iglesia —el Opus Dei, – «Obra de Dios»— para transmitir a todos los hombres que se pueden santificar a través del trabajo. Desde ese día, mientras continuaba con el ministerio pastoral que tenía encomendado en aquellos años, desarrollaba en solitario la organización. Empezó a contactar con personas de diversas profesiones como artistas, profesores, obreros, sacerdotes, empresarios y muchos otros, mientras ofrecía sus oraciones y mortificaciones.​

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