En este cuento podrás descubrir el valor de la paciencia. Ser paciente te ayudará a conseguir grandes logros.
Desde BelenCribs queremos ayudarte y para ello te hemos preparado varias fábulas para entretenerte y colaborar contigo en la educación de tus hijos o alumnos. Junto con las fábulas, también, te traemos ejercicios de comprensión lectora y otras actividades que puedes realizarlas con los niños.
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Nombre del cuento: Aprender a ser pacientes
En cierta ocasión dos amigos Sofía y Diego estaban buscando un tesoro en el jardín encantado.
—¡Estoy segura de que el tesoro está aquí en algún lugar! ¡Lo encontraremos pronto!
—¡Sí! ¡Imagina todas las cosas que podríamos hacer con ese tesoro!
Estaban hablando cuando pasó por allí el abuelo de Sofía
—¿Qué estáis buscando?
—¡Abuelo! Estamos buscando el tesoro del jardín encantado. ¡Se dice que está escondido aquí!
—Sí, y estamos seguros de que lo encontraremos pronto.
—La paciencia es una virtud, queridos niños. A veces, las mejores cosas llegan a aquellos que esperan.
—Pero ¿Cómo podemos tener paciencia cuando estamos tan emocionados por encontrar el tesoro?
—La paciencia no significa simplemente esperar sin hacer nada. Significa tener fe en que eventualmente encontrareis lo que buscáis, incluso si lleva tiempo. Mientras tanto, disfrutar de este hermoso día y del jardín.
Mientras lo exploran encuentran al Duende del jardín jugando entre las flores.]
—¡Hola, niños! ¿Qué estáis haciendo tan emocionados?
—Estamos buscando el tesoro del jardín. ¿quieres ayudarnos?
—¡Por supuesto! Pero recordar, la paciencia es clave en cualquier búsqueda.
Después de un largo día de búsqueda, cuando el sol comienza a ponerse, encontraron un cofre debajo de un frondoso árbol.
—¡Lo encontramos! ¡El tesoro del jardín encantado!
—¡Qué suerte ¡Mira todas estas joyas y monedas antiguas!
Al ver el duende que venía el abuelo hacia ellos les dijo:
—Os dejo, no quiero que me vea nadie más.
En ese momento apareció el abuelo y al verlos tan contentos les dijo:
—¡Felicidades, niños! Vuestra paciencia y constancia ha sido recompensada.
—Ahora, venid, y dejadme que os cuente la historia de este tesoro y cómo la paciencia ha jugado un papel crucial en su descubrimiento.
Moraleja:.la paciencia es una virtud que nos enseña a esperar con calma y perseverancia, confiando en que, tarde o temprano, nuestras metas se alcanzarán.
El vídeo del cuento
Ejercicio de comprensión lectora.
{Quiz}
Si lo prefieres, aquí te dejamos todas las preguntas para que lo imprimas y practiques en casa o en el cole.
1.- ¿Cómo se llamaba la niña?
A.- Sisi
B.- Sole
C.- Sofía
2.- ¿Cómo se llamaba el niño?
A.- Juan
B.- Pedro
C.- Diego
3.- ¿Qué estaban buscando?
A.- Un lápiz
B.- Un libro
C.- Un tesoro
4.- ¿Dónde estaba buscando?
A.- En el pueblo
B.- En la clase
C.- En el jardín
5.- ¿Quién paso por allí?
A.- El padre de la niña
B.- El abuelo de la niña
C.- un amigo de la niña
6.- ¿Quién apareció entre las flores?
A.- Una abeja
B.- Un gato
C.- Un duende
Actividades.
1.- Adivina adivinanza:
No soy un pájaro, pero puedo volar, llevo a gente de uno a otro lugar
2.- Acertijo:
Si quieres saber quien soy, espera que llueva, contando los colores del arcoiris, tendrás la prueba
Las soluciones al final de la página
3.-Test de ortografía:
4.-Ahorcado:
Completa las siguientes palabras con la letra correcta. Si no la sabes, búscala en el cuento.
¿Qué nos enseña?
Todos alguna vez hemos escuchado el refrán «La paciencia es la madre de la ciencia». Y existen una infinidad de situaciones en la que debemos ser pacientes y esperar, como por ejemplo: aguardar la comida en un restaurante, estar a la expectativa de una nota de un examen, hacer cola en un supermercado, etc.
Sin embargo, la sociedad nos empuja a la inmediatez y provoca que, incluso a los adultos, nos resulte difícil tener paciencia en nuestro día a día.
¿Cómo te puede ayudar?
Los niños muestran impaciencia ante las cosas de la vida porque su conciencia del tiempo es diferente a la del adulto. En consecuencia, el periodo de espera entre que solicitan algún deseo y lo obtienen puede ser para ellos una eternidad. Por este motivo, cuando no consiguen lo que quieren de manera inmediata puede aparecer la frustración. Sin embargo, tener paciencia es algo que se puede aprender.
Como hemos mencionado anteriormente, la sociedad nos empuja a ser impacientes y nosotros, los adultos, no estamos ajenos a esta situación; las prisas para llegar al trabajo, comer en veinte minutos, contestar a correos electrónicos mientras estamos hablando por teléfono…
De esta manera es muy normal que nos veamos exigiéndoles a los niños que se duchen, recojan los juguetes de su habitación y que se pongan el pijama en diez minutos. Los mayores también tenemos que ser pacientes y saber qué es lo que le estamos pidiendo a los menores. Por este motivo, es importante examinarnos y mejorar aquellos aspectos de nuestro día a día en los que a los niños le mostramos impaciencia.
Reflexión sobre
Son muchos los padres que nos consultan acerca de cómo pueden hacer para que sus hijos aprendan a gestionar la frustración que aparece tras la impaciencia propia de los niños. Estos son algunos consejos que podemos llevar a cabo:
- Dar ejemplo: es uno de los aspectos más importantes porque los niños hacen todo lo que observan y oyen. En consecuencia, no le podemos pedir a nuestros menores que no sean impacientes cuando nosotros estamos esperando en la cola del supermercado y desalentamos porque la cola va avanzando muy despacio.
- Fomentar situaciones de espera, como por ejemplo: esperar a la hora de la comida, esperar el turno en el médico, hacer cola en un supermercado…
- No ceder ante situaciones de su impaciencia o deseos: debemos recordar que nosotros somos los adultos y no podemos consentir todo lo que nos demanda nuestro hijo/a.
- Potenciar juegos que fomenten la paciencia, como por ejemplo: los puzles, juegos de turnos, acertijos, etc.
- Favorecer el dialogo y el razonamiento: atendiendo a la edad de nuestros hijos, podemos explicar por qué debemos esperar en determinadas situaciones, como por ejemplo: esperar a que cambie de color el semáforo para pasar
- Proporcionarles referencias de tiempo: como hemos mencionado anteriormente, los niños no tienen el mismo concepto del tiempo que los adultos, por este motivo se le puede dar un plazo hasta que pueda realizar la conducta, como por ejemplo: “después de cenar”, “cuando termine hablar por teléfono”, cuando las agujas del reloj estén en esta posición (mostrarle la posición), etc.
- Cumplir nuestras promesas: porque es importante que cuando nos comprometamos con nuestros hijos, respetemos ese pacto que acordamos con nuestro hijo. En consecuencia, le estamos educando no solo en paciencia, sino en responsabilidad igualmente.
En resumen, educar en el valor de la paciencia es una tarea ardua. Pero, es fundamental mantener la calma y ser constantes como adultos para tolerar una situación no agradable como es aprender a tener paciencia y a instruir en ella a nuestros menores.
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Respuesta a la adivinanza: Un avión
Respuesta: El número siete