Poemas a las madres

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¿Qué es una madre?

Te damos una preciosa definición de lo que es una madre

Qué es una madre?-Preguntó el Principito.
No sabes que es una madre?

Una madre es una persona que abraza y cuida a diario a sus hijos.
No importa si nacieron de ella o llegaron de otro lugar.
Que los ama por encima de todas las cosas, los acompaña, sueña con ellos.

Una madre tiene dos manos que parecen muchas, cada una para algo distinto.
Una para sujetar tu mano y caminar juntos.
Una para secar lágrimas, otra para ayudar a saltar.
Una para acariciar.
Una para sostener.
Una para hacer cosquillas.
Una que cura, otra que te coloca el pelo detrás de la oreja.
Una que roza la frente y sabe que la fiebre ha llegado, una que conoce todos los recovecos de tu rostro cuando duermes.
La que enseña a sujetar el tenedor al comer.
La que ata los cordones de los zapatos…

Una madre tiene dos piernas, fuertes, como ella, para correr a tu lado cuando crezcas.
Para seguir corriendo a tu lado cuando huyas.
Las madres son fuertes para sostenerte cuando caigas, duras, para levantarse cada vez que tu dolor le hunda.
Para enfrentarse al mundo e iniciar una guerra cada vez que te ofendan.
Porque no hay mayor patria que un hijo.
Las madres son duras para soportar el dolor, la angustia y el agotamiento.
Y sin embargo se deshacen moribundas porque no soportan tu dolor, tu angustia, tu agotamiento…

Son capaces de saltar muy alto, tanto como altura tengan los obstáculos que encuentres en el camino.
Son poderosas cuando necesitan romper las barreras que encuentran sus hijos en la vida.
Rápidas como el viento para estar siempre en la meta a tu lado.
Flexibles hasta la ruptura para entenderte y amoldarse a tus necesidades, incansables.

Y sin embargo pierden la fuerza y son suaves cuando arropan en la cama.
Te abrazan con ternura cuando te gana la vida.
Te sonríen con dulzura cuando necesitas luz.
Lloran contigo cuando no ves salida…

Las madres son valientes como guerreros y cuando se apaga el día se deshacen y se convierten en pequeñas y miedosas, porque no hay mayor miedo que temer por ti, porque nada empequeñece tanto como perderte.

Una madre es todo, todo lo que necesites.
Una madre es nada, nada sin ti.

Una madre es, sin ninguna duda, la persona más maravillosa que tienes en la vida. Tu madre te ha dado lo más importante que tienes: la vida. Y no solo eso, además no se ha separado de ti en ningún momento, te ha escuchado, te ha aconsejado y te ha apoyado en todas tus decisiones.

Por ello, te dejamos estas bonitas poesías dedicadas a ella

Dulzura (Gabriela Mistral)

Madrecita mía,
madrecita tierna,
déjame decirte
dulzuras extremas.

Es tuyo mi cuerpo
que juntaste en ramo;
deja revolverlo
sobre tu regazo

Juega tú a ser hoja
y yo a ser rocío:
y en tus brazos locos
tenme suspendido

Madrecita mía,
todito mi mundo
déjame decirte
los cariños sumos.

Poema de agradecimiento a una madre

¡Madre tú eres la mejor!

Madre, tú eres la dulzura,
tus manos son la ternura,
que nos brinda protección.
Es la sonrisa tu esencia,
que marca la diferencia
al entregarnos amor.

Nos entibia tu mirada
y la paciencia es tu aliada,
esforzada en tu labor.
¡Tantas noches de desvelo!
tanta lágrima y pañuelo
¡para darnos lo mejor!

Tantas horas dedicadas
con sonrisas dibujadas
para hamacar mi soñar.
Entre besos, entre abrazos
fuiste creando los lazos
porque tú eres ejemplar.

Poema para una futura mamá

El milagro de la vida
se está produciendo en tu cuerpo.
El milagro de tu cuerpo
gestando no deja de sorprenderte.
Cada instante de estos nueve meses son un milagro.
El momento en que conozcas ese milagro,
será, sin dudas, el momento de tu vida.
Ese momento que todos anhelamos.
Ese momento de la felicidad perfecta.
Tu cuerpo es ahora el hogar de tu bebé.
Ese cuerpo se preparó
desde tu propia gestación
para este momento.
Cada una de las células de tu cuerpo
sabe lo que debe hacer.
Tú sólo debes cuidarlas y escucharlas.
No temas pedir ayuda,
no temas decir no sé, no temas decir tengo miedo,
no temas decir no voy a poder,
porque desde tu seno
escucharás la voz de tu hijo
diciendo: los dos vamos a poder.
Y cuando sientas la tibieza
de su cuerpecito en tu pecho,
el milagro de la vida habrá concluido
para dar comienzo al
milagro de ser madre

Poema sobre la palabra ‘madre’ y su significado

Mamá, la mejor palabra
Puedo decir que mamá es la mejor palabra
porque no solo se la digo a la persona
que me dio la vida, sino aquella que dio
la vida por mí, que en noches de desvelo
siempre hubo luz para mí.
Es la mejor palabra que sale de mi voz
cuando no salió algo que yo esperaba
solo pido que nunca borren de mi memoria
esa palabra que nunca quiero olvidar.

Una madre es una amiga

Quiero agradecerte
que estés en mi vida.
Sé que puedo contar contigo
en momentos difíciles
Sé que puedo compartir mis alegrías,
y sé que nuestra amistad
se sustenta en mutuo amor.
Que seas mi madre y mi amiga
es el más preciado tesoro,
¡Feliz día de la madre!

Poema de una madre a su hijo

Cierra los ojitos,
mi niño de nieve.
Si tú no los cierras,
el sueño no viene.

Arriba, en las nubes,
las estrellas duermen;
y abajo, en el mar,
ya sueñan los peces.

Mi niño travieso,
mi niño no duerme.
Pájaros dormidos,
el viento los mece.

Con sueño, tu sueño
sobre ti se extiende.
Ángel de su guarda,
dime lo que tiene.

Que venga la luna
que a la estrella mece:
que este niño tuyo
lucero parece.

Poema para dedicar a las mamás que ya no están
Madre de infinito amor

Que impusiste tu valor
Con gran sentimiento
Desde mi bello nacimiento.
Recuerdo tus lindos cuentos
De tu voz tus bellos cantos
Con los que me hacías dormir de niña
En tu sedoso corpiño.
Mi vida sin tu presencia
Es sentimiento sin existencia
Ya no es alegría, ni canto
Es solo tristeza y llanto.
Madre bella y adorada
Siento la luz de tu mirada
Como una sagrada bendición.
Pido al Todopoderoso
Por este pasado doloroso
Me dé fortaleza y comprensión
Ante tu partida inesperada.

Poema sobre el amor a una madre

Si quieres decirle a tu madre las razones por las que le quieres (aunque seguro que ya las sabe) este es el mejor poema que vas a encontrar. ¡No te lo pierdas!

Cómo no quererte mamá

Cómo no quererte,
si eres la razón de mi existencia
Cómo no quererte
si me guías en camino justo.

Cómo no quererte
que aprendí de tus consejos.
Cómo no quererte
si diste toda tu vida por mi

Cómo no quererte
si tú eres la más grande para mi
Cómo no quererte
si de tu bella interior
me supiste cuidar y amar

Cómo no decir
que eres mi adoración
Cómo no entregar
todo mi amor de hija a ti

Poema sobre las lecciones de las madres

Enseñarás

Enseñarás a volar…
pero no volarán tu vuelo
Enseñarás a soñar…
pero no soñarán tus sueños.
Enseñarás a vivir…
pero no vivirán tu vida
Enseñarás a cantar…
pero no cantarán tu canción
Enseñarás a pensar…
pero no pensarán como tú
Pero sabrás
que cada vez que ellos vuelen, sueñen,
vivan, canten y piensen
¡Estará en ellos la semilla
del camino enseñado y aprendido!

Poema sobre la infancia y la maternidad

Quién volviese a tener…

¡Quién volviese a tener, para que nos cubriera,
una madre de noche, los párpados febriles,
quién un rozar de labios en la frente sintiera
despejando el fantasma de temores pueriles!

¡Quién tuviese, otra vez, sobre la cabecera
un rostro de ternura en pálidos marfiles
y quién bajo una mano que al fin nos bendijera
sintiese disipar las penas infantiles!

Habría que tornar a la distante infancia
a los antiguos días de los alegres años,
esos tiempos de ayer en los que la fragancia
era toda de miel, bálsamo y ambrosía,
en los cuales la cura de los mayores daños
se lograba con solo tu beso, madre mía

Las flores y las madres

Poema a mi madre

Madre, eres la flor
que ha nacido en mi jardín
más hermosa que un jazmín
por tu maravilloso color.
Te recuerdo con amor
porque para mi has sido,
del mundo lo más querido
de mi vida, la más hermosa,
la más bella de las rosas
de mi jardín florecido.

Poema para tu mamá en su día especial

Caricias

Madre, madre, tú me besas,
pero yo te beso más,
y el enjambre de mis besos
no te deja ni mirar…
Si la abeja se entra al lirio,
no se siente su aletear.
Cuando escondes a tu hijito
ni se le oye respirar…
Yo te miro, yo te miro
sin cansarme de mirar,
y qué lindo niño veo
a tus ojos asomar…
El estanque copia todo
lo que tú mirando estás
pero tú en las niñas tienes
a tu hijo y nada más.
Los ojitos que me diste
me los tengo que gastar
en seguirte por los valles,
por el cielo y por el mar…

Poema sobre la vida con tu madre

Mamá

Estaba oscuro…
Solo el rayo de la luz de tus ojos.
Me enseñaste a respirar
y tus entrañas acariciaban mi frágil cuerpo.
Soñaba con colores
y te imaginaba hermosa,
fueron nueve meses en un mundo rosa.
Crecí de a poco con tu calor
me alimentaba con tus caricias
y frases de amor.
El momento llegaba
iba a conocerte,
estaba muy protegida
con miedo de perderte…
Se hizo la luz
una mañana de febrero,
mamá ahí estabas tú
tan maravillosa y tan dulce
como te había imaginado.
Aprendí con el correr del tiempo
y en mis andanzas peligrosas
de cada uno de tus consejos
valorados en cada acto
de mis diecinueve años,
y soñando cada vez
que me encuentro lejos,
con tus palabras
que envuelven mis vivencias
y acobardan los miedos
de mi juventud.

El amor por las madres

Un ángel

Son tus manos la ternura,
tu regazo protección
tus palabras melodía,
que tranquiliza mi inquieto corazón.

Tu mirada que me arrulla
y tus besos el amor,
grandes alas que sostienen,
cual ángel que me brinda su sincero amor.

Madre, ángel de mi guarda,
dame siempre tu amor y protección
que en mi sueño y pensamiento,
yo te llevo, dulce amor.

Son tus ojos la ternura,
son tus manos mi calor
tu sonrisa mi alegría
madre, ángel de mi corazón.

Regalos para una madre

Mi regalo para mamá

Le regalo a mi mamá
una sonrisa de plata
que es la que alumbra mi cara
cuando la noche me tapa

Le regalo a mi mamá
una caperuza roja
por contarme tantas veces
el cuento que se me antoja

Le regalo a mi mamá
una colonia fresquita
por no soltarme la mano
cuando me duele la tripita

Le regalo a mi mamá
una armadura amarilla
que la proteja del monstruo
que espanta en mis pesadillas.

Le regalo a mi mamá
el lenguaje de los duendes
por entender lo que digo
cuando nadie más lo entiende.

Le regalo a mi mamá
una chistera de mago
en la que quepan mis besos
envueltos para regalo.

El amor de una madre

Sólo el amor de una madre

Sólo el amor de una madre apoyará,
cuando todo el mundo deja de hacerlo
Sólo el amor de una madre confiará,
cuando nadie otro cree
Sólo el amor de una madre perdonará,
cuando ninguno otro entenderá
Solo el amor de una madre honrará,
no importa en qué pruebas has estado
Sólo el amor de una madre resistirá,
por cualquier tiempo de prueba
No hay ningún otro amor terrenal,
más grande que el de una madre.

Madre mía

Cuando los ojos a la vida abría,
al comenzar mi terrenal carrera,
la hermosa luz que vi por vez primera
fue la luz de tus ojos, ¡madre mía!

Y hoy que, siguiendo mi escarpada vía,
espesas sombras hallo por doquiera,
la luz de tu mirada placentera
ilumina mi senda todavía.

Mírame, ¡oh madre!, en la postrera hora
cuando a las sombras de mi noche oscura
avance ya con vacilante paso.

Quiero que el sol que iluminó mi aurora
sea le mismo sol que con su lumbre pura
desvanezca las brumas de mi ocaso.

Los abrazos de mi madre

Aún conservo en mi memoria
el amor que siempre me daba,
los abrazos que me brindaba
y de pequeña me cuidaba.

A mi mente viene el recuerdo
cuando lloraba amargamente,
ella me cubría de afecto
y me abrazaba dulcemente.

Mamá, siempre a mi lado estaba
cuando yo la necesitaba
Ella siempre me escuchaba
y con amor me aconsejaba

Hoy estoy agradecida,
cariño y afecto repartía
con sus manos tan suaves
acariciaba mis heridas.

Aunque pasó bastante tiempo,
aún guardo en mis pensamientos,
sus abrazos y sus consejos,
y sus tiernos sentimientos.

Nunca a mi madre olvidaré,
dentro de mi corazón la llevo.
¡Quisiera darle un gran abrazo,
y decirle cuánto la quiero!

La madre triste

Duerme, duerme, dueño mío,
sin zozobra, sin temor,
aunque no se duerma mi alma,
aunque no descanse yo.

Duerme, duerme y en la noche
seas tú menos rumor
que la hoja de la hierba,
que la seda del vellón.

Duerma en ti la carne mía,
mi zozobra, mi temblor.
En ti ciérrense mis ojos:
¡duerma en ti mi corazón!

Amor para una madre

Hermosa madre querida
Eres la perla muy preciada
En este hermoso día
Te implora tu hija adorada.
Eres mujer muy hermosa
Como perla de rubí
En este hermoso día
Mis versos son para ti.
Eres dulce amanecer
De un florido abril risueño
De tanto que yo te quiero
Te nombro hasta en mi sueño.
La belleza de una rosa
Es hermosa en estación
Pero el amor de una madre
No tiene comparación.

Una sonrisa

Quiero regalarte una sonrisa
que colme de luz tu corazón,
quiero regalarte un abrazo
y con él, todo mi amor.
Quiero que me mires a los ojos
y que en ellos también te mires tú;
mamá, eres para mi tan importante
que el mundo a veces…
somos tú y yo.

A mi madre

Yo tuve una dulce madre,
concediéramela el cielo,
más tierna que la ternura,
más ángel que mi ángel bueno.

En su regazo amoroso,
soñaba… ¡sueño quimérico!
dejar esta ingrata vida
al blando son de sus rezos.

Mas la dulce madre mía,
sintió el corazón enfermo,
que de ternura y dolores,
¡ay!, derritióse en su pecho.

Pronto las tristes campanas
dieron al viento sus ecos;
murióse la madre mía;
sentí rasgarse mi seno.

La virgen de las Mercedes,
estaba junto a mi lecho…
Tengo otra madre en lo alto…
¡por eso yo no me he muerto!

Galerías del alma

¡El alma niña!
Su clara luz risueña;
y la pequeña historia,
y la alegría de la vida nueva
¡Ah, volver a nacer, y andar camino,
ya recobrada la perdida senda!
Y volver a sentir en nuestra mano
aquel latido de la mano buena
de nuestra madre
Y caminar en sueños
por amor de la mano que nos guía.

Llévame a la cama (Miguel de Unamuno)

Madre, llévame a la cama

Madre, llévame a la cama,
que no me tengo de pie.

Ven hijo, Dios te bendiga
y no te dejes caer.

No te vayas de mi lado,
cántame el cantar aquél.

Me lo cantaba mi madre;
de mocita lo olvidé,
cuando te apreté a mis pechos
contigo lo recordé.

¿Qué dice el cantar, mi madre,
qué dice el cantar aquél?

No dice, hijo mío, reza
reza palabras de miel;
reza palabras de ensueño
que nada dicen sin él.

¿Estás aquí, madre mía?
Porque no te logro ver…

Estoy aquí, con tu sueño;
duerme, hijo mío, con fe.

Tu mirada

Tu mirada de amor
descubre lo que otros no quieren ver.
Tu nobleza
te hace apreciar lo que los demás desprecian.
Tu amor desinteresado
te hace defender a los pequeños
que otros atacan o menosprecian.
Tu presencia
despierta confianza, amor a la vida
y esperanza en un futuro mejor.

El amor más grande

¡Madre tu amor es tan grande!
Tu tierno abrazo se expande
cobijando nuestro ser.
Acaricias las entrañas,
con consejos acompañas,
en un continuo crecer.

Tú eres bálsamo de vida
al que siempre estaré unida,
en mi largo transitar.
Fabricante de esperanza,
siempre brindas la confianza,
¡eres tan sabia al hablar!

El calor de tus palabras,
lo que impulsa a que se abra
libremente el corazón.
Se deslizan tus caricias,
con verdad y con justicia,
¡digna eres de admiración!

Dios bendiga tu trabajo
que realizas a destajo,
brindando seguridad.
Valores has enseñado,
tantos lazos has creado
¡son para la eternidad!

Para ti son los claveles,
con corona de laureles,
por brindarnos siempre amor.
Resplandeces elegante,
la mujer más importante
¡que creó nuestro Señor!

Ven, madre, a descansar

Ven, madre, a descansar de todos tus trabajos
hasta el jardín umbroso que cultivo en mis sueños,
a la luz de luciérnagas y áureos escarabajos
y la mágica ayuda de esos seres pequeños,

los gnomos, que se visten con trajes escarlata
y brotan cuando alumbran las primeras estrellas,
que usan zapatitos con hebillas de plata
sin dejar en el musgo la marca de sus huellas.

Cantarán para ti la cigarra y el grillo,
ocultos entre hiedras, glicinas o jazmines.
Y con las hojas muertas haremos un castillo
con muros almenados en oro y amarillo,
hasta que se deshaga por sobre los jardines
(en tanto la cabeza sobre mi hombro inclines).

A mi mamá

Todas las mañanas
sueño al despertar
que del cielo un ángel
me viene a besar.
Al abrir los ojos
miro donde está
y en el mismo sitio
veo a mi mamá

Mañanitas a mamá

Muy temprano en la mañana,
antes que saliera el sol,
desperté porque dormido
ya cantaba esta canción,
que haya música en tu día,
florecitas, luz y sol,
y que sepas que te quiero,
con todo mi corazón.

 

Mi madre es un poema (Julio Jaramillo)

Mi madre es un poema
de blanca cabellera,
que tiene a flor de labios
un gesto de perdón.

Cuando tras larga ausencia regreso
ella me espera,
me abraza como a un niño,
me besa con pasión.

Mi madre es pequeñita
igual que una violeta,
lo dulce está en su alma,
el llanto en el adiós.

Es dueña de mis sueños,
aunque no soy poeta,
los versos de mi madre
me los inspira Dios.

Que linda es mi madre
que suerte es tenerla y
que dichoso al verla
feliz en el hogar.
Radiante de alegría
al lado de sus hijos
cuidando a sus nietitos
que santa que es mi madre.

Mi madre que me guía

¡Oh madre querida!
Te agradezco por haberme dado la vida,
por brindarme tu cuidado y protección,
por ayudarme sin ninguna condición…
¡Eres tan maravillosa!
Momentos difíciles,
he tenido que pasar,
pero con tus sabios consejos,
he podido continuar
Eres una madre genial,
porque siempre te preocupas,
de mi bienestar,
me escuchas,
me guías
y me comprendes
Eres mi guía, madre querida

Yo adoro a mi madre

Yo adoro a mi madre querida
yo adoro a mi padre también;
ninguno me quiere en la vida
como ellos me saben querer.

Si duermo; ellos velan mi sueño,
si lloro, están tristes los dos,
si río su rostro es risueño:
mi risa es para ellos el sol.

Me enseñan los dos con inmensa
ternura a ser humano y feliz.
Mi padre para mi lucha y piensa,
mi madre ora siempre por mí.

Yo adoro a mi madre querida,
yo adoro a mi padre también
ninguno me quiere en la vida,
como ellos me saben querer.

Nuestras madres

Ellas son nuestro abrigo,
siempre luchan con tesón,
son nido que nos cobija,
fuente inagotable de amor.

Brindan besos, abrazos,
caricias y protección,
nos marcan el camino
con consejos y corrección.

Las primeras que se levantan
para amasarnos el pan,
llevan niños al colegio,
y vuelven a casa a trabajar.

Pensando en sus hijos
y arreglando el hogar
pasan las horas del día,
y son las últimas en descansar.

¡Son ellas nuestro ejemplo!
Las que nos dieron la vida
nos entregan todo su tiempo,
¡Nuestras madres queridas!

A una madre (Gustavo Adolfo Bécquer)

Podrá nublarse el sol eternamente,
podrá secarse en un instante el mar;
podrá romperse el eje de la tierra
como un débil cristal.
¡Todo sucederá! Podrá la muerte
cubrirme con su fúnebre crespón
pero jamás podrá apagarse
la llama de tu amor.

Las manos de mi madre

Manos las de mi madre, tan acariciadoras,
tan de seda, tan de ella, blancas y bienhechoras.
¡Sólo ellas son las santas, sólo ellas son las que aman,
las que todo prodigan y nada me reclaman!
¡Las que por aliviarme de dudas y querellas,
me sacan las espinas y se las clavan en ellas!

Para el ardor ingrato de recónditas penas,
no hay como la frescura de esas dos azucenas.
¡Ellas cuando la vida deja mis flores mustias
son dos milagros blancos apaciguando angustias!
Y cuando del destino me acosan las maldades,
son dos alas de paz sobre mis tempestades.

Ellas son las celestes; las milagrosas, ellas,
porque hacen que en mi sombra me florezcan estrellas.
Para el dolor, caricias; para el pesar, unción;
¡Son las únicas manos que tienen corazón!
(Rosal de rosas blancas de tersuras eternas:
aprended de blancuras en las manos maternas).

Yo que llevo en el alma las dudas escondidas,
cuando tengo las alas de la ilusión caídas,
Las manos maternales aquí en mi pecho son
como dos alas quietas sobre mi corazón!
¡Las manos de mi madre saben borrar tristezas!
¡Las manos de mi madre perfuman con terneza!

 

Madre de mi alma (José Martí)

Madre del alma, madre querida
son tus natales; quiero cantar
porque mi alma de amor henchida,
aunque muy joven, nunca se olvida
que la vida me hubo de dar.

Pasan los años, vuelan las horas
que yo a tu lado me siento ir,
por tus caricias arrobadoras
y las miradas tan seductoras
que hacen mi pecho fuerte latir.

A Dios le pido constantemente
para mi madre vida inmortal;
porque es muy grato, sobre la frente
sentir el roce de un beso ardiente
que de otra boca nunca es igual.

Hoy me acordé de ti

Hoy recordé a las personas que más quiero
esos que curan las heridas del alma con un brazo
esos a los que extrañas
esos a los que al escucharlos reír, te llenan de alegría el corazón
Hoy me acordé de los que veo poco, pero jamás olvido
Hoy me acordé de ti, madre mía
Gracias por existir.

La luz de mi existir

Eres tú la luz de mi existir,
faro sin igual en mi vivir
Eres tú canción de amor,
que brota en flor,
no se podrá nunca medir tu corazón.
Madre como tú nadie jamás,
mi dulce quietud tú lo serás,
y por eso madrecita,
hoy te vengo a decir
esta oración que lleva
en ella mi gratitud

¡

A mi madre (Rubén Darío)

Soñé que me hallaba un día
en lo profundo del mar:
sobre el coral que allí había
y las perlas, relucía
una tumba singular
Acerquéme cauteloso
a aquel lugar del dolor
y leí: «Yace en reposo
aquel amor no dichoso
pero inmenso, santo amor»
La mano en la tumba umbría
tuve y perdí la razón.
Al despertar yo tenía
la mano trémula y fría
puesta sobre el corazón.

 

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