CODIGO
En este relato encontrarás a Dora del Hoyo como ayuda a los demás.
Desde BelenCribs queremos ayudarte y para ello te hemos preparado varias fábulas para entretenerte y colaborar contigo en la educación de tus hijos o alumnos. Junto con las fábulas, también, te traemos ejercicios de comprensión lectora y otras actividades que puedes realizarlas con los niños.
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El arte de ayudar
También os puedo contar que, como mis padres eran agricultores, pronto tuve que aprender las labores del campo al igual que mis hermanos. Entre
otras, aprendimos a segar con guadaña.
Recuerdo que en cierta ocasión mi padre se puso enfermo y viendo que el resto de mi familia estaba ocupada en otras faenas, cogí la guadaña y me
fui a segar. Como me manejaba bien con este instrumento, participé en un concurso de siega a guadaña donde concurrían los chicos del pueblo. Para
mi sorpresa, quedé campeona.
Pronto, además, pasé por la experiencia del dolor: yo tenía nueve años cuando, en 1923, falleció mi hermano Alfonso. Vi el sufrimiento de mis
padres y el de mis hermanos y su aceptación cristiana de la muerte. Por ello, ante los problemas que fueron surgiendo, siempre he tenido presente
que todo lo que ocurre a mi alrededor es permitido por mi Padre Dios para mi bien, pues en todo momento me da lo que más me conviene, aunque a
veces no lo entienda.
El vídeo del cuento
Reflexión sobre
Uno de los más altos dones del ser humano es su capacidad para salir de sí mismo y volcarse con los otros. El arte de ayudar, el altruismo. Esa conducta que conmueve por el esfuerzo moral que implica, se se ha convertido en un bien escaso en estos tiempos donde el materialismo y el egoísmo tienen un protagonismo importante.
Sin embargo, ¿Quién no ha experimentado alguna vez esa energía reconfortante que se siente cuando nuestro apoyo aligera las cargas de otra persona? Recientemente, la ciencia ha descubierto la base neurológica de esta agradable experiencia. Cuando ayudamos a alguien desinteresadamente, se activa una parte del cerebro que está vinculada con la sensación de placer. Pero, ¿es siempre desinteresado este ofrecimiento?.
El altruismo es una conducta deseable desde todo punto de vista. Biológicamente hablando, la cooperación entre individuos garantiza la preservación de la especie. Desde una perspectiva psicológica, proveer y recibir apoyo alivia el estrés, fortalece la autoestima y los lazos afectivos, al tiempo que fomenta la superación personal. Incluso nuestra espiritualidad se enriquece con el altruismo, pues este nos edifica y nos conecta con lo trascendente.
A la luz de estos hallazgos, pareciera que ayudar a los demás es un comportamiento sumamente deseable y beneficioso.
Las motivaciones que guían esta conducta de ayuda pueden ser muy diversas, y son precisamente las que marcan la diferencia. Por un lado se encuentra la compasión. Aquella que surge al ver que alguien está abrumado por las cargas y que nos lleva a ofrecer nuestra ayuda desinteresada, deseando únicamente el bien del otro. En este caso no hay un interés oculto tras nuestros actos.
El arte de ayudar
Como vemos, ayudar es un verdadero arte. Para hacerlo hemos de saber escoger el momento y las formas. Hemos de ser capaces de prever las consecuencias que tendrá para el otro nuestra intromisión. Incluso debemos preguntarnos cuál es nuestra verdadera motivación para prestar ayuda.
El altruismo es un valor maravilloso que, en su estado puro, puede hacer del mundo un lugar mejor. Sin embargo, una motivación inadecuada o un momento mal escogido, pueden hacer de este un error. No permitamos que nuestras propias carencias y necesidades opaquen la belleza original de un gesto tan noble. Aprendamos a manejar el bello arte de ayudar a los demás.