Esperar, es un verbo transitivo que significa: creer o saber que sucederá una cosa.
Los seres humanos siempre estamos a la espera de algo. Y la espera del cristiano está en Dio. Como recordaba Benedicto XVI «el hombre está vivo mientras espera, mientras en su corazón está viva la esperanza»
Ahora que nos encontramos en las puertas del tiempo de Adviento me gustaría recordar algunas cosas que el Papa Francisco nos ha dicho sobre la espera en el Señor que es, la esperanza.
Nos dice que el optimismo defrauda, la esperanza no. Los hombres necesitamos la esperanza. «Yo espero porque Dios camina conmigo», camina y me lleva de la mano. Sobre todo en este tiempo de Adviento que es tiempo de espera. Es el tiempo de preparar la Navidad Cuando estamos con dificultades de cualquier tipo no nos viene la sonrisa, y es precisamente la esperanza la que nos trae de nuevo la sonrisa porque nos lleva a Dios. Un niño es una esperanza y por eso Dios se hizo Niño para que le mirásemos y sonriésemos, porque Él es la esperanza.
Dios se hace pequeño precisamente por eso porque lo pequeño lo que no cuenta en el mundo ante Dios es grande. Dios escoge a María y José porque son poca cosa, ella la esclava del Señor, los pastores tampoco contaban para el mundo. Son los pequeños hechos grandes por su fe.
Esperemos con esperanza, nuevamente, la venida del Señor y Él transformará nuestras tristezas en alegría como les anunció el angel a los pastores: no temáis. Mirad que vengo a anunciaros una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: hoy os ha nacido, en la ciudad de David el Salvador.