Hablar del pudor es un tema de actualidad. Este cuento puede ayudar en tu vida. Si sigues leyendo está fábula encontraras, tal vez, una solución a lo que estás buscando.
Desde BelenCribs queremos ayudarte y para ello te hemos preparado varias fábulas para entretenerte y colaborar contigo en la educación de tus hijos o alumnos. Junto con las fábulas, también, te traemos ejercicios de comprensión lectora y otras actividades que puedes realizarlas con los niños.
Recuerda que puedes subscribirte de forma gratuita para estar al tanto de todas nuestras novedades, y apoyar a la web.
Hablemos del pudor
Había una vez dos amigos, Martín y Laura, que solían conversar sobre temas profundos mientras caminaban por el bosque cercano a sus casas. Un día, mientras se adentraban en el espeso bosque, Laura comenzó a hablar sobre el pudor.
– Martín, ¿alguna vez te has preguntado por qué las personas sienten pudor?
– Bueno, supongo que el pudor es una emoción natural. Nos hace sentir incómodos o avergonzados en situaciones que consideramos privadas o íntimas.
– Exacto, Martín. Pero ¿por qué siente esa vergüenza? ¿De dónde viene?
– No estoy seguro, Laura. Tal vez es una forma de proteger nuestra privacidad y mantener ciertas cosas solo para nosotros mismos.
– Eso tiene sentido. Pero ¿crees que el pudor es igual para todos? ¿O varía de una cultura a otra?
– Puede variar, seguro. Lo que es considerado vergonzoso en una cultura podría ser aceptado en otra. El poder está influenciado por nuestras normas sociales y valores.
– Cierto. Y también depende de la educación que recibamos en casa. Pero, al mismo tiempo, el pudor también puede ser una forma de respeto hacia uno mismo y los demás.
En última instancia, el pudor es una parte importante de nuestra vida social.
Parece que hemos llegado a una conclusión, Laura. El pudor es una emoción compleja que tiene sus pros y sus contras, y depende de nosotros encontrar un equilibrio fuerte.
Moraleja: el pudor es parte integrante de la templanza
El vídeo de Hablemos del pudor
Ejercicio de comprensión lectora.
Ahora que has completado la lectura de “{Nombre del cuento}” ahora puedes realizar este trivia que hemos preparado para probar tu comprensión lectora. ¡Vamos a ello!
{Quiz}
Si lo prefieres, aquí te dejamos todas las preguntas para que lo imprimas y practiques en casa o en el cole.
1.- ¿Qué eran Martin y Laura?
A.- Novios
B.- Esposos
C.- Amigos
2.- ¿Sobre que hablaban?
A.- Sobre futbol
B.- Sobre cine
C.- Sobre el pudor
3.- ¿Po que se siente vergüenza sobre la intimidad?
A.- Por ignorancia
B.- Por respeto a uno mismo y a los demás
C.- Por olvido
4.- ¿El pudor varía según culturas?
A.- No lo se
B.- Si
C.- No
5.- ¿Qué influye en el pudor?
A.- La educación
B.- La información
C.- Los medios
6.- ¿De que es parte integrante el pudor?
A.- De la actividad
B.- De la templanza
C.- El punto de vista
&nsbp;
Actividades.
1.- Adivina adivinanza:
Tiene famosa memoria, gran tamaño y dura piel y la nariz más grandota, que en el mundo pueda haber.
2.- Acertijo:
Camino sin tener patas, a cuestas llevo mi casa. Por donde mi cuerpo pasa queda un hilillo de plata.
Las soluciones al final de página.
3.-Test de ortografía:
4.-Ahorcado:
Completa las siguientes palabras con la letra correcta. Si no la sabes, búscala en el cuento.
¿Qué nos enseña Hablemos del pudor?
Hablar de este tema en la actualidad parece algo del pasado, algo ya superado, que depende de las culturas.
Pero el pudor deja muchos interrogantes que podemos ir analizando. Por ejemplo, ¿por qué los niños, a partir de una edad y sin necesidad de orientación por parte de los padres, se encuentran incómodos desnudos y se esconden para no ser vistos o cómo en todas las culturas se tiende a ocultar ciertas partes del cuerpo?
Todos sabemos que hay cosas; no sólo materiales sino también espirituales (pensamientos, deseos…) que no queremos que salgan al público. Tenemos una intimidad que nos pertenece y que no entregamos a cualquiera. Este sentimiento se llama coloquialmente vergüenza y se refiere, no sólo a hechos externos sino también a estados interiores.
La vergüenza no siempre se refiere a actos negativos, hay cosas buenas que también nos avergüenzan; y nos disgusta que se exterioricen. Muchas veces, por ejemplo, al realizar una obra de caridad o tener una muestra de cariño intentamos que no salga al porque, al exteriorizarse, pierde un poco su valor.
En este sentido, el pudor sería siempre una salvaguarda de la intimidad, de la interioridad de la persona.
Podemos preguntarnos: ¿Por qué es necesario ocultar ciertas partes del cuerpo? ¿por qué es impúdico un escote pronunciado? ¿o un vestido transparente?
Porque desvelan los órganos sexuales, que son los más íntimos del individuo ya que con ellos “se efectúa la donación completa, íntima y corporal de la persona”.
Sería impúdico por tanto exhibir sin razón aquellas partes más íntimas del cuerpo. En sí, tales partes no son ni buenas ni malas. Sencillamente realizan la función que la naturaleza les asignó. Esa función es íntima, se halla integrada en actos que no tienen sentido en la esfera pública, sino sólo en la esfera privada de la relación dual a la que está confiada la creatividad biológica y buena parte de la creatividad amorosa.
¿Cómo te puede ayudar Hablemos del pudor?
Diferencias entre el hombre y la mujer
Tenemos que hacer una distinción entre la forma que tiene de experimentar el pudor la mujer y el hombre. La mujer es más difícil que vea al hombre como un objeto de placer. En ella pesa más lo afectivo que lo sensual. No desprecia su masculinidad física, pero ésta pasa a un segundo plano.
El hombre, sin embargo, tiene una sensualidad más fuerte que hace que la afectividad quede relegada. Es más fácil que vea en la mujer un objeto de placer.
Es importante, por tanto, conocer estas diferencias ya que el pudor es una virtud para vivir en la sociedad; no basta que una persona vista de una forma correcta según su propia sensibilidad, tiene que tener en cuenta la sensibilidad de los demás. Precisamente, a la mujer le resulta más difícil entender la necesidad del pudor, la conveniencia de cubrirse porque no experimenta en sí misma una sensualidad tan fuerte.
Entonces… ¿Qué es el pudor?
El pudor es un mecanismo de protección ante la posibilidad de convertirnos en instrumentos de placer.
Es también, como en el caso de la guarda de la intimidad, una defensa ante el peligro de que alguien me pueda poseer sin que yo lo quiera.
Cada persona es dueña de sí misma y nadie, excepto Dios como Creador, puede tener propiedad sobre ella.
La excepción a esta realidad es el amor; el hombre se deja apropiar libremente por amor en el matrimonio.
Precisamente, el pudor es dominar el propio ser para una donación incondicionada, para abrirse a la otra persona. El pudor permite entregar en exclusiva algo muy valioso y que no es del dominio público.
No podemos pensar que el pudor solo se reduce a unos centímetros de ropa…
No es lo mismo acudir en traje de baño a una piscina que ir con la misma prenda a la facultad.
O usar una falda de tenis, que no tiene nada de impúdico en una pista, que llevarla en una oficina.
No atenta contra el pudor la mujer de una tribu de África que, siguiendo las costumbres del país y las condiciones climáticas, va con el pecho descubierto, pero sí lo hará aquella que vaya así a hacer la compra en un supermercado europeo. En este sentido hay, además de las costumbres, ciertas leyes de la percepción que reclaman la atención sobre uno u otro aspecto del cuerpo.
Reflexión sobre Hablemos del pudor
¿Cómo se puede educar el pudor?
Antes se ha visto como el pudor es un sentimiento profundamente ligado a cada persona. En líneas generales, se puede decir que la tendencia a velar el cuerpo es un “fruto del proceso de crecimiento de la sensibilidad del hombre”.
Cuando hay una mayor sensibilidad, el hombre comprende qué es su cuerpo y trata de cubrirlo. Por eso hay una relación entre la cultura y el vestido. A mayor cultura, más sensibilidad y más pudor. En este sentido, el impudor es, muchas veces, una falta de cultura.
Por eso, tiene gran importancia la educación del pudor en los niños; es la edad donde toman conciencia de lo que significa su cuerpo y el de los demás.
En la educación del pudor, además de los padres, tienen responsabilidad los medios de comunicación que, en la actualidad, muestran un exceso de contenidos eróticos e incluso pornográficos. Esta saturación de sexo hace que se pierda sensibilidad y facilita que, en esta esfera tan importante, el hombre quede desprotegido.
Respuesta a la adivinanza: El elefante
Respuesta al acertijo: El caracol
