La anciana tía Ada

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Disfruta con la fábula «La anciana tía Ada», una historia aleccionadora que te puede ayudar en tu vida. Si sigues leyendo está fábula encontraras, tal vez, una solución a lo que estás buscando.

Desde BelenCribs queremos ayudarte y para ello te hemos preparado varias fábulas para entretenerte y colaborar contigo en la educación de tus hijos o alumnos. Junto con las fábulas, también, te traemos ejercicios de comprensión lectora y otras actividades que puedes realizarlas con los niños.
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La anciana tía Ada

 

Érase una vez una mujer llamada Ada. Cuando fue viejecita, tía Ada se fue a vivir al asilo de ancianos.

Compartía una pequeña habitación con otra viejecita tan anciana como ella.

Un día se asomó a la ventana y desmenuzó una galleta seca sobre el alféizar.

-¡No hagas eso, así vendrán las hormigas !le dijo la otra vejecita.

Pero en cambio llegó un pajarillo del jardín del asilo, picoteó muy contento la galleta y se marchó.

-Ya ves lo que has conseguido. Se lo ha comido y se ha ido. Igual que nuestros hijos, que se fueron por el mundo, vete a saber dónde, y ni se acuerdan ya de nosotras que los criamos.

Tía Ada no dijo nada, pero todas las mañanas desmenuzaba una galleta seca sobre el alféizar de la ventana.

Después de algún tiempo, el pajarillo trajo a sus pequeños, porque había hecho un nido y habían nacido cuatro, y éstos también venían todas las mañanas a picotear golosamente la galleta de tía Ada.

– Ahí está tu pajarito y sus crías – decían entonces las viejecitas

Tía Ada corría hasta su cómoda y sacaba una galleta seca, mientras

decía:

– Calma, calma, ya voy no os apuréis hay para todos.

– ¡Ah, sí bastara con poner una galleta seca en la ventana para que regresaran nuestros hijos…..! decían las viejitas a la vez que le preguntaban

¿Y los suyos, tía Ada, dónde están los suyos?

La anciana tía Ada ni siquiera lo sabía: Quizás en Austria, quizás en Australia; qué más da. Mientras decía eso con tristeza desmenuzaba la galleta para los pajaritos:

– Comed, vamos comed, de lo contrario no tendréis fuerza para volar.

Y cuando habían terminado de picotear la galleta:

– ¡Vamos, marchaos! ¿A que esperáis? Las alas están hechas para volar.

Pasó el tiempo y la anciana tía Ada murió, y sus hijos no se enteraron hasta cierto tiempo después, cuando ya no valía la pena hacer un viaje para asistir a los funerales. Pero los pajaritos volvieron a la ventana durante todo el invierno, a visitar a la anciana tía Ada.

El vídeo de La anciana tía Ada

 

 

Ejercicio de comprensión lectora.

Ahora que has completado la lectura de “La anciana tía Ada” ahora puedes realizar este trivia que hemos preparado para probar tu comprensión lectora. ¡Vamos a ello!
{Quiz}
Si lo prefieres, aquí te dejamos todas las preguntas para que lo imprimas y practiques en casa o en el cole.

1.- ¿Cómo se llamaba la mujer?
A.- Ana
B.- Amanda
C.- Ada

2.- ¿Dónde fue cuando fue viejita?
A.- A su pueblo
B.- A la escuela
C.- A un asilo de ancianos

3.- ¿Con quién compartía habitación?
A.- Con su tía
B.- Con otra viejita
C.- Con otra joven

4.- ¿Qué hizo sobre el alfeizar?
A.- Escribir
B.- Cantar
C.- Desmenuzar una galleta

5.- ¿Qué llegó al alfeizar?
A.- Un caracol
B.- Un pajarillo
C.- Un loro

6.- ¿Que sacaba de la cómoda?
A.- Una tableta de chocolate
B.- Una galleta
C.- Una carta

 

Actividades.

1.- Adivina adivinanza:

Camino sin tener patas, a cuestas llevo mi casa. Por donde mi cuerpo pasa queda un hilillo de plata.

2.- Acertijo:

Suena a la misma hora todas las mañanas, para decirnos a todos: ¡Fuera de la cama!

Las soluciones al final de página.

3.-Test de ortografía:

1. _iejecita

 
 

2. vi_ir

 
 

3. alf_eizar

 
 

4. _ormigas

 
 

5. ga_etas

 
 

Completa las siguientes palabras con la letra correcta. Si no la sabes, búscala en el cuento.


Colección especial de fábulas y cuentos infantiles
En BelenCribs encontrarás muchas fábulas, cuentos infantiles e historias dedicadas a los niños y a su formación en valores. Entra en las secciones y visita el cuento que más te guste. También podrás realizar las actividades que te hemos preparado:

¿Qué nos enseña La anciana tía Ada?

 

El cuento nos presenta, sin moraleja aparente, la difícil y triste situación en que hoy se encuentran muchos ancianos.

Envejecer nunca ha sido una tarea fácil pues supone ir perdiendo poco a poco aquello que hasta cierta edad era natural y fácil: leer, oír, agacharse, recordar, bajar o subir, etc. pero con el paso de los años todo se hace cuesta arriba y las limitaciones van creciendo por doquier, cada vez el anciano es menos autónomo y con el paso de los años va necesitando de los demás en mayor medida. Poco a poco va siendo más dependiente de los otros hasta llegar en algunos casos a la dependencia casi absoluta. Todo ello forma parte del ciclo vital, y es bueno en tanto que es algo querido por Dios creador de la naturaleza humana.

Por otra parte, el ser humano es una persona libre y sus decisiones son susceptibles de error. Y por si esto fuera poco tenemos una inclinación al mal y por ello el bien nos resulta arduo. Con frecuencia, si no luchamos caemos en la injusticia, el egoísmo y la mentira. Dios tiene sus planes sobre nosotros pero nosotros libremente le decimos “no”, optamos por recorrer nuestros propios caminos. Pero aun sabiéndolo, “Dios ha dejado al hombre en manos del propio hombre”, dice la Sagrada Escritura. Dios sigue confiando en el hombre. (Eusebi Miralles)

 

¿Cómo te puede ayudar La anciana tía Ada?

 

Las personas dependientes, niños y ancianos, están de una manera muy especial en manos de la libertad de aquellos de los cuales dependen. Su fragilidad, su indefensión, su insuficiencia los sitúa como sujetos pasivos de la libertad de los “autónomos”, “sanos y fuertes”, “independientes”, “dueños de sí mismos”, “autosuficientes” … El riesgo es enorme, y en muchos casos como el de Ada queda de manifiesto hasta qué punto el hombre puede equivocarse y producir: soledad, desilusión, aislamiento, indiferencia, tristeza, dolor.

Puedes descubrir la necesidad de ternura, cercanía y generosidad, puedes descubrir que niños y ancianos son un tesoro para el resto y de esta manera entenderás que es un privilegio cuidar ellos. Quererlos y ayudarles, estar a su lado y hacerles felices es la mejor manera de conseguir una vida lograda, una existencia a lo grande y hacer de nuestro paso por este mundo un cielo.

Recuerda que “es preferible sufrir la injusticia que cometerla”. ¿Quién es más de compadecer tía Ada o sus hijos?(Eusebi Miralles)

Reflexión sobre La anciana tía Ada

¿Cómo llevar a la práctica las buenas ideas que descubras en La anciana Ada? Hay una costumbre bastante difundida de tratar a los enfermos o ancianos como si fuesen niños o idiotas: decir tonterías, bromear sin motivo, – “¡estás fenomenal, abuelita!, – “¡sé bueno y no digas embustes!”, mandar como un sargento o, al contrario, adular y gratificar banalmente. Ahora bien, los sensibles, fatigados y a menudo depresivos perciben tal comportamiento como humillante: se trata, en efecto, de una verdadera “técnica de envilecimiento” de la dignidad personal, que ha de eliminarse por completo y sin excepciones.
Hay que evitar toda jovialidad invasora y extemporánea. El tiempo para enfermos y ancianos se vive como lento, viscoso, gris: de ahí que soporten mal las prisas, la improvisación, la rapidez de las palabras, acciones y gestos. Nunca hay que dar la sensación de “despachar” los temas cuanto antes. No hay que exigir, sino despertar posibilidades adormecidas, fuerzas amodorradas, libertades y esperanzas inhibidas …
Quien cuida a alguien que sufre debería “lavarse los ojos” cada día, pues tras la apariencia esclerótica, el ánimo depresivo o el talante hipocondríaco hay que saber “ver” y venerar la grandeza y la dignidad de la persona.
La comunicación, – verbal y no verbal – de persona a persona nunca debería faltar en los más pequeños servicios a los sufrientes …, y siempre resulta posible.(Eusebi Miralles)

Respuesta a la adivinanza: El caracol

Respuesta al acertijo: El despertador

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