La encina y el junco, fábula por Belencribs

La encina y el junco. Una fábula con valores

4.5
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Disfruta con la fábula de la encina y el junco, una historia aleccionadora que te puede ayudar en tu vida. Si sigues leyendo está fábula encontraras, tal vez, una solución a lo que estás buscando.

¿Te has preguntado alguna vez cuando lees una fábula en que te puede ayudar en tu vida?. Si dudas sigue leyendo está fábula encontraras, tal vez, una solución a lo que estás buscando.

No importa la edad que tengas; una fábula como una parábola te marca un camino que puedes seguir.

Desde BelenCribs queremos ayudarte y para ello te hemos preparado varias fábulas para entretenerte y colaborar contigo en la educación de tus hijos o alumnos. Junto con las fábulas, también, te traemos ejercicios de comprensión lectora y otras actividades que puedes realizarlas con los niños.

?La fábula de la encina y el junco

En una amplia pradera crecía una encina que cada día daba las gracias a la madre naturaleza por los muchos dones que había recibido. Tantos eran que se consideraba a sí misma como el árbol perfecto.

Se sentía muy satisfecha por haber nacido tan hermosa, y siempre que tenía ocasión, presumía de su recortada copa formada por multitud de brillantes hojas verdes.

Sí, era esbelta y guapa, y además gozaba de una salud envidiable para producir cientos de riquísimas bellotas al llegar el otoño, pero puesta a elegir, lo que más le gustaba de sí misma era su enorme y grueso tronco que le hacían sentirse fuerte, segura e imbatible.

Tener tantos atributos tuvo con el paso del tiempo una consecuencia negativa: la encina empezó a creerse superior al resto de las plantas.

Unos metros más abajo, en un pequeño humedal, habitaba un joven y delicado junco. A diferencia de su vecina era muy fino, y como no tenía ni hojas ni flores, pasaba totalmente desapercibido a ojos de los demás.

Un día, la encina se dio cuenta de su existencia y empezó a meterse con él.

– ¡Eh, junco!… ¿Qué se siente cuando uno es frágil e insignificante?

El pobre se quedó perplejo ante una pregunta tan desagradable.

– Bueno, pues no tengo mucho que decir salvo que vivo tranquilo y contento.

Al escuchar la contestación, la encina empezó a reírse con desprecio.

– ¡Ja ja ja! Desde luego con poco te conformas. No entiendo cómo se puede ser feliz rodeado de tanta humedad. El junco le respondió con humildad.

– La verdad es que me habría gustado más haber nacido en la pradera como tú, pero como bien sabes soy una planta acuática y necesito estar permanentemente en el agua para poder crecer.

La encina soltó otra risotada y siguió burlándose.

! Mírame a mí: yo sí soy un árbol bello, y… ¿te has fijado en mi poderoso tronco? Tú, en cambio, eres flacucho como un alambre. ¡Ay, qué vida tan miserable te ha tocado vivir!

El junco sabía de sobra que no era el más forzudo del lugar, pero tenía muy claro que eso no le hacía peor que nadie.

– Sí, soy bajito y delgado, pero tengo dignidad y una virtud que tú no tienes.

– ¡No me digas!… ¿Y se puede saber cuál es?

– ¡Pues que soy muy flexible!

La encina estalló en carcajadas.

¿Y de qué te sirve eso, si se puede saber? Perdona, pero ser así de blando es horrible, todo el día moviéndote de un lado a otro como un tentetieso y doblándote cada vez que sopla una ligera brisa…

– Bueno, pero en determinadas situaciones puede ser muy positivo…

– ¡¿Positivo?!… ¡Positivo es tener un tronco grande y bien plantado como el que tengo yo!

Apenas sonaron estas palabras el cielo se oscureció, se cubrió de nubes, y estalló una tremendas tormenta. Desgraciadamente, sucedió lo peor: el aire enfurecido se transformó en un huracán descomunal que arrancó de cuajo la encina de la pradera y la lanzó sin piedad al fondo de un acantilado. Ni su belleza, ni su enorme tronco, sirvieron de nada cuando se presentó el ciclón.

El pobre junco también sufrió muchísimo y soportó como pudo el azote de la tempestad: se retorció, se balanceó de un lado a otro y sufrió graves daños, pero gracias a su enorme flexibilidad, sobrevivió.

Una vez pasado el peligro lo primero que hizo fue mirar cómo se encontraba.

– ¡Ay, estoy lleno de moratones y tengo algunas raíces rotas!

Pero enseguida levantó la mirada, observó el agujero donde durante años había estado la encina, y reflexionó:

– Lo que los demás ven como un defecto a mí me hace sentir orgulloso e incluso me ha salvado la vida.

? El vídeo el junco y la encina

Moraleja:

Todos tenemos cualidades que nos distinguen y nos hacen especiales. Siéntete a gusto con ellas y saca partido de tus talentos, pero nunca menosprecies a los demás por no ser como tú.

? Comprensión lectora

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La encina y el junco

¡Ponte a prueba y responde a este trivia y descubre cuanto has comprendido sobre esta fábula!

1 / 6

¿Dónde crecía la encina?

2 / 6

¿Qué le ocurrió al cielo?

3 / 6

Como se sentía la encina

4 / 6

¿Cómo se sentía el junco?

5 / 6

¿Cómo se consideraba la encina?

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¿Cómo era su salud?

Tu puntación es

La puntuación media es 67%

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1.- ¿Dónde crecía la encina?

A.- En la montaña

B.- En una amplia pradera

C.- En un gran bosque

2.- ¿Cómo se consideraba la encina?

A.- Como un buen árbol

B.- Como un gran árbol

C.- Como un árbol perfecto

3.- Como se sentía la encina

A.- Muy satisfecha

B.- Muy grande

C.- Muy simpática

4.- ¿Cómo era sus salud?

A.- Muy buena

B.- Estupenda

C.- Envidiable

5.- ¿Cómo se sentía el junco?

A.- Muy inteligente

B.- Muy flexible

C.- Muy robusto

6.- ¿Qué le ocurrió al cielo?

A.- Comenzó a brillar

B.- Se oscureció

C.- Cambió de color

Test de ortografía La encima y el junco

1. a_plia

 
 

2. be_otas

 
 

3. ha_itaba

 
 

4. frá_il

 
 

5. na_ido

 
 

☑️ Actividades

⌛ 1.- Adivina adivinanza:

Qué animal tiene silla y no se puede sentar?

❓ 2.-Acertijo

Con ella vives, con ella hablas, con ella rezas y hasta bostezas.

Si no sabes las respuestas las tienes al final de página

?¿Cuál es la moraleja de la fábula de la encina y el junco?

La moraleja de la fábula la encina y el junco nos enseña que todos tenemos cualidades que nos distinguen y nos hacen especiales.

Hemos de sentirnos gusto con las cualidades que Dios nos ha dado y saca partido de esos talentos. pero nunca menosprecies a los demás por no ser como tú.

Colección especial de fábulas y cuentos infantiles
En BelenCribs encontrarás muchas fábulas, cuentos infantiles e historias dedicadas a los niños y a su formación en valores. Entra en las secciones y visita el cuento que más te guste. Tambien podrás realizar las actividades que te hemos preparado:

?¿Cómo te puede ayudar la moraleja de la fábula de la encina y el junco?

 

?Reflexiones sobre la moraleja de la fábula de la encina y el junco.

 

Repuesta a la adivinanza: El Caballo

Respuesta al acertijo: La boca

 

 

 

 

 

 

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