El conejito que no quería ir al colegio

Con este cuento aprenderás el valor de la obediencia. Desde BelenCribs queremos ayudarte y para ello te hemos preparado varias fábulas para entretenerte y colaborar contigo en la educación de tus hijos o alumnos. Junto con las fábulas, también, te traemos ejercicios de comprensión lectora y otras actividades que puedes realizarlas con los niños.
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Nombre del cuento: El conejito que no quería ir al colegio

Hola amiguitos hoy os voy contar un cuento que os va a encantar.

Había una vez en un bosque un padre y una madre conejos que tenía muchos conejitos. Un día uno de ellos llamado Conejín, escondiendo sus orejitas bajo la manta donde estaba durmiendo dijo a su mamá cuando lo despertó:

—¡Mamá, no quiero ir al colegio!

—¿Y por qué no, mi pequeño? —preguntó mamá coneja acariciándole la cabeza.

—Porque tengo que levantarme temprano, allí, sentarme quieto y aprender cosas difíciles. Yo prefiero quedarme en casa jugando con mi pelota.

Mamá sonrió con ternura.

—Conejín, el colegio no es un castigo. Es un lugar donde aprendes, haces amigos y te haces fuerte. Obedecer y levantarte a tiempo te ayudará a crecer.

—¿Y si no obedezco? —preguntó Conejín frunciendo el hocico.

—Entonces perderás la oportunidad de descubrir lo maravilloso que puede ser el día de hoy —respondió mamá, dándole un beso en la frente.

Conejín suspiró, pero obedeció. Se puso su mochilita roja y salió dando saltitos detrás de su mamá.

En el colegio lo esperaban otros conejitos. La maestra, dijo:

—¡Bienvenido, Conejín! Hoy aprenderemos a contar zanahorias.

Conejín abrió los ojos sorprendidos. Le encantaban las zanahorias. Contó una, dos, tres… y cuando se dio cuenta, estaba riendo junto a sus nuevos amigos.

Al regresar a casa, Conejín le dijo a mamá:

—Tenías razón. Fue divertido obedecer e ir al colegio. ¡Aprendí a contar y me divertí mucho con mis nuevos amigos!

Mamá lo abrazó fuerte y contestó:

—¿Ves, mi amor? La obediencia te ha abierto puertas a la amistad y al conocimiento.

Esa noche, Conejín se durmió feliz, pensando en las zanahorias, los amigos y en todo lo nuevo que aprendería mañana.

 

Moraleja: La obediencia te abre puertas para la amistad

El vídeo: El conejito que no quería ir al colegio

 

Ejercicio de comprensión lectora.

Ahora que has completado la lectura de este cuento puedes realizar el test que hemos preparado para probar tu comprensión lectora. ¡Vamos a ello!

Actividades.

1.- ¿Como se llamaba uno de los conejitos?

A.-Conejón

B.- Conejín

C.- Canijo

2.- ¿Dónde estaba escondido el conejito?

A.- En un agujero

B.- Debajo de un árbol

C.- Debajo de la manta

3.- ¿Qué le dijo a su mamá cuando lo despertó?

A.-Me gusta ir al colegio

B.-No me gusta las fiestas

C.- No me gusta ir al colegio

4.- ¿Qué le dijo la mamá sobre el colegio?

A.-El colegio es muy bonito

B.-El colegio no es un castigo.

C.-El colegio es un tormento

5.- ¿De que color era la mochila?

A.-Azul

B.-Blanca

C.-Roja

6.- ¿Qué le dijo la maestra que iban a aprender?

A.- A sumar

B.-A cantar

C.-A contar zanahorias

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1.- Adivina adivinanza:

Cabeza de hierro, cuerpo de madera, si te piso un dedo, ¡menudo grito pegas! ¿Qué es?

2.- Acertijo:

Canto en la orilla, vivo en el agua, no soy pescado y tampoco cigarra.

Las soluciones al final de página.

3.-Test de ortografía:

4.-Ahorcado:


Completa las siguientes palabras con la letra correcta. Si no la sabes, búscala en el cuento.

Colección especial de fábulas y cuentos infantiles
En BelenCribs encontrarás muchas fábulas, cuentos infantiles e historias dedicadas a los niños y a su formación en valores. Entra en las secciones y visita el cuento que más te guste. También podrás realizar las actividades que te hemos preparado:

 

¿Qué nos enseña el cuento: El conejito que no quería ir al colegio?

En este cuento se enseña el valor de la obediencia. En el cuento se refuerza que la obediencia te abre puertas para la amistad y el aprendizaje y conocimiento de nuevas cosas.

Lograr que nuestro hijo obedezca lo primero que hemos de hacer es no perder la calma. Tampoco hay que recurrir a los chantajes ni aún menos a las amenazas. En realidad, que los niños nos hagan caso a la primera y respondan a nuestras demandas de manera efectiva, necesita de un trabajo diario basado en la constancia, las normas firmes y una adecuada comunicación emocional.

No hay recetas mágicas para conseguir que el niño obedezca. Los pequeños son personas con decisiones propias, y esas decisiones suelen entrar en colisión frontal con las órdenes de los mayores.

Lo más pedagógico y adecuado en todos los casos es hacer uso de la coherencia, la paciencia, el ejemplo y el ingenio psicológico.

«Las raíces de la educación son amargas, pero la fruta es dulce. (Aristóteles)

¿Cómo te puede ayudar El conejito que no quería ir al colegio?

¿Qué debo hacer para que mi hijo obedezca?

La obediencia no debe basarse en el autoritarismo firme y absoluto. Lo ideal es fijar unas normas comprensibles para los pequeños.

La obediencia que se basa en el grito y la amenaza no educa, hiere.

Debemos hacerle entender a nuestros hijos que cada norma tiene una finalidad, que cada demanda que les hacemos, así como cada prohibición, responde a esas normas de convivencia a las que debe atenerse.

Conozcamos seguidamente, qué claves pueden ayudarnos para que el niño obedezca.

Reflexión sobre: El conejito que no quería ir al colegio

1.- Dar ejemplo

Los niños aprenden más de lo que ven que de lo que oyen. Si los padres respetan normas, horarios y reglas en casa, los hijos comprenderán que obedecer es algo natural.

2.- Explicar el “por qué”

No basta con decir “porque lo digo yo”. Los niños pequeños entienden mejor cuando se les explica con palabras simples: “Guardamos los juguetes para que no te tropieces y te hagas daño”.

3.- Establecer rutinas claras

Horarios para dormir, comer o jugar ayudan a que el niño sepa qué esperar y se acostumbre a obedecer sin tanto esfuerzo.

4.- Usar palabras firmes y amables

Una orden clara y breve funciona mejor que un sermón. Por ejemplo: “Ahora guardamos los muñecos” en lugar de “¿Quieres guardarlos?”.

5.- Reforzar lo positivo

Reconocer y elogiar la obediencia fortalece la conducta. Un abrazo, una sonrisa o un “¡qué bien lo hiciste!” hacen que el niño quiera repetirlo.

6.- Mantenerse firmes y coherentes

Si hoy se permite algo y mañana se prohíbe sin razón, el niño se confunde. La coherencia da seguridad y ayuda a comprender que las reglas son estables.

7.- Enseñar con paciencia y amor

La obediencia no se logra de un día para otro. Se aprende poco a poco, con paciencia y cercanía, mostrando que las normas existen por su bien y el de los demás.

 

Respuesta a la adivinanza:

El martillo.

Respuesta al acertijo:

La rana

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