Disfruta con la fábula «El gatito que no tenía amigos«, una historia aleccionadora que te puede ayudar en tu vida. Si sigues leyendo está fábula encontraras, tal vez, una solución a lo que estás buscando.
Desde BelenCribs queremos ayudarte y para ello te hemos preparado varias fábulas para entretenerte y colaborar contigo en la educación de tus hijos o alumnos. Junto con las fábulas, también, te traemos ejercicios de comprensión lectora y otras actividades que puedes realizarlas con los niños.
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El gatito que no tenía amigos
Había una vez un gatito que estaba muy triste porque no tenía ningún amigo. El pobre gatito se pasaba el día buscando alguien con quien jugar, pero nadie le hacía caso.
-No sé por qué todo el mundo tiene amigos menos yo. Tengo que averiguar el porqué
El gatito fue a hablar con los ratones, pero estos salieron corriendo.
Luego fue a ver a los gatos, ninguno le hizo caso
Finalmente, el gatito fue a ver a los perros. Solo uno de ellos se quedó para hablar con él.
-¿Qué haces aquí, gatito? ¿No ves que es peligroso que un gato como tú esté entre tantos perros?
-Yo no veo el peligro. Los perros nunca me han hecho nada. Solo venía a ver si alguien me ayudaba a resolver el misterio de la amistad.
– ¿Qué misterio?
– ¿Cuál va a ser? El misterio que explique por qué no tengo amigos.
-No hay ningún misterio, gatito. Los ratones no quieren jugar contigo porque los ratones no juegan con gatos.
-¿Por qué? -preguntó el gatito.
-¡Porque los gatos solo corren detrás de los ratones para cazarlos
Yo soy bueno. Solo quiero jugar.
Entonces los gatos porque no quieren jugar conmigo
-Si no quieren jugar contigo es porque dicen que eres muy bruto
-Yo no soy bruto.
-Sí, eres un bruto. Y mientras no lo aceptes y cambies de actitud ningún gato querrá jugar contigo.
-Entonces, ¿qué puedo hacer?
-Pórtate bien, no seas tan brusco y no te pelees. Fíjate en los gatos que tienen amigos y, simplemente, haz lo mismo que ellos.
– ¡Buena idea! Eso haré. Gracias.
El gatito siguió el consejo del cambio de actitud y consiguió muchos amigos.
Ahora, el gatito tiene muchos amigos, porque se porta de manera apropiada con ellos.
🎥El vídeo de El gatito que no tenía amigos
Moraleja: Un amigo es aquel que te conoce y te ama de todos modos.
📜Comprensión
1.- ¿Cómo estaba el gatito?
A.- Muy contento
B.- Muy triste
C.- Muy risueño
2.- ¿Qué buscaba el gatito?
A.- Una pelota
B.- Alguien con quién jugar
C.- Algun ratón
3.- ¿Con quién fue a hablar primero?
A.- Con los gatos
B.- Con los ratones
C.- Con los perros
4.- ¿Con quien fue a hablar por segundas?
A.- Con los gatos
B.- Con los ratones
C.- Con los perros
5.- ¿Con quien fue a hablar por tercera vez?
A.- Con los gatos
B.- Con los ratones
C.- Con los perros
6.- ¿Por que no querían hablar con el gatito?
A.- Porque era muy listo
B.- Porque era muy simpático
C.- Porque era muy bruto
☑️Actividades
⌛1.- Adivina adivinanza:
❓2.- Acertijo:
Las soluciones al final de página
👉¿Qué nos enseña El gatito que no tenía amigos?
El genial Aristóteles se dedicó en su Ética a Nicómaco, a hablar de la amistad donde refiere a la amistad como “philia”, entendida esta como “virtud”. Decía el filósofo griego que “nadie querría vivir sin amigos, aun teniendo todas las demás cosas buenas”.
El discípulo de Platón, siguiendo a su maestro, consideró que la amistad es el principio del valor y de todas las virtudes. Según esta noción, la amistad perfecta sería aquella que se complementa entre los que poseen igual virtud, pues ellos siempre buscarán el bien del otro antes que el propio.
El amigo, es el mejor compañero de aventuras, pero también debe ser el apoyo sustancial en las desventuras. En épocas de bonanza, bienestar y alegría, las compañías abundan, todos nos celebran y fortalecen aún más nuestro estado de ánimo. Pero la biblia enseña que el verdadero amigo es como un hermano (inseparable) en tiempos de angustia.
La sabiduría de Salomón en el libro de Proverbios no tiene fecha de caducidad, puede aplicarse acorde a las necesidades de nuestro tiempo. Ahora que en redes sociales todos somos “amigos”, es importante recuperar y fomentar el valor de este concepto. Si quieres saber quiénes son tus amigos, practica la regla de Salomón: si no te ama en todo tiempo no es tu amigo; si no está contigo cuando llegan los tiempos difíciles tampoco es tu amigo.
A lo largo de tu vida tendrás muchos conocidos, tal vez llenes tus redes sociales con miles de personas, pero los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de una sola mano. En esas relaciones, invierte todo tu afecto, tiempo e incluso dinero, pues no tienen precio.
👉¿Cómo te puede ayuda El gatito que no tenía amigos?
En gran medida, la amistad se funda en la complicidad. En ese proceso, el tiempo se funde con el espacio y se vuelven uno solo. No hay grietas. Y si las hay, se reparan, se solidifican y se sellan para siempre. Esa permanencia permite alinear las direcciones y tomar un rumbo compartido, sincero, cómplice. La amistad se convierte de esta forma en un sentimiento que habita en más de un cuerpo, que se desdobla, que se complementa y se hace fuerte, vivo, intenso.
Es importante tener buenos amigos y está claro que ser amigo implica mucho más que hacer unos cuantos clics en la pantalla de un ordenador o móvil.
Un proverbio dice: “El verdadero amigo ama en todo momento y es un hermano nacido para cuando hay angustia”. ¡Qué ciertas son estas palabras! Un hermano carnal puede no ser un amigo, pero un amigo puede llegar a ser como “un hermano nacido” para apoyarnos en los momentos difíciles.
La amistad exige dedicación. En otras palabras, un buen amigo es el que se preocupa de verdad por ti. Algunos han comparado la amistad a cultivar un hermoso jardín: exige mucho tiempo y cuidado. De igual modo, para conseguir un buen amigo, primero hay que serlo tomando la iniciativa.
Una amistad no puede crecer si no hay comunicación franca. Tampoco se enfada si la otra persona no piensa igual o toma decisiones diferentes a las tuyas.
Los amigos que más valoro son aquellos que están dispuestos a pasar tiempo conmigo y a escucharme, especialmente cuando tengo problemas.
Y es que cuando alguien no deja de hablar, puede dar la impresión de que sus opiniones son más importantes que las de los demás. Por eso, cuando tu amigo quiera expresarte lo que piensa o preocupa, préstale atención, sin importar si estás de acuerdo o no con lo que dice. Escuchar es uno de los mejores regalos que podemos darle a un amigo porque le hacemos sentir que es importante para nosotros.
A veces se ha dicho que “los amigos son la familia que uno escoge”. Por lo tanto, valora a tus amigos, dedícales tiempo e implica tus emociones para que sientan que para ti son importantes, pues un verdadero amigo es como “un hermano nacido” en tiempo de angustia.
👉Reflexión sobre El gatito que no tenía amigos
La tecnología moderna nos permite hacer cientos, o hasta miles de “amigos” en las redes sociales. Basta con añadir sus nombres a nuestra lista de contactos. Y cuando queremos terminar con alguna de esas “amistades”, simplemente la borramos de la lista. De hecho, una encuesta reciente reveló que, aunque en la actualidad la gente socializa más, el número de amigos íntimos ha disminuido, es decir: pocas personas tienen amigos de verdad.
La sociedad en la que vivimos te empuja a pensar solo en ti mismo y a no preocuparte por los que te rodean. Por eso, significa mucho dar con alguien que se interese en ti sin esperar nada a cambio, siendo generoso y estando dispuesto a sacrificarse.
Los amigos crean un mundo paralelo al personal que nos permite alojarnos sin temor a ser desplazados. Ese espacio se vuelve nuestro y se alimenta con vivencias, con recuerdos y proyecciones. El futuro es el ahora y el pasado es el hoy. De ahí que tener una verdadera amistad es saber que esta requiere ser alimentada siempre y, además, que ello no implica la pasividad de una relación sin obstáculos. Al contrario, son precisamente esas dificultades las que la fortalecen y hacen de ella algo sincero, real y maduro. En suma, cada muestra de afecto y consideración permite ampliar y hacer más cómodo ese mundo paralelo que nos permite escapar de la rutina, que nos hace indivisibles. Pensamos en ellos como si fuéramos nosotros mismos, abrimos juntos el escape desde el inicio hasta encontrar la luz al final del túnel o, a veces, hasta que el tiempo nos haga retornar al mundo real.
La llamada Regla de Oro dice: “Haz por los demás todo lo que te gustaría que hicieran por ti”
El siguiente consejo puede ser muy útil en una conversación: “ser rápido en cuanto a escuchar, pero lento para hablar”.
Los amigos destruyen las distancias, se vuelven a un mismo espacio y permiten reencontrarnos con la vida, con esos años que pudieron estar perdidos en el vacío si no contáramos con ellos.
Repuesta a la adivinanza: Los zapatos
Respuesta al acertijo: La campana