La elefanta rosa

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Disfruta con la fábula «La elefanta rosa}», una historia aleccionadora que te puede ayudar en tu vida. Si sigues leyendo está fábula encontraras, tal vez, una solución a lo que estás buscando.

Desde BelenCribs queremos ayudarte y para ello te hemos preparado varias fábulas para entretenerte y colaborar contigo en la educación de tus hijos o alumnos. Junto con las fábulas, también, te traemos ejercicios de comprensión lectora y otras actividades que puedes realizarlas con los niños.
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La elefanta rosa

Había una vez una manada de elefantes donde una elefanta tenía la piel de color rosa. Todo esto se debía a que, desde el mismo día de su nacimiento, comía flores rosas.

Cuando tuvo una cría la llamó Rosita a la que le decía: “Pequeña”, “tienes que comer todas las rosas que encuentres o no tendrás la piel tan suave como yo, ni tendrás los ojos grandes cuando seas mayor.

Mamá, todos los elefantes son se color gris elefante y a mi no me gustan las flores a mi lo que me gusta es jugar en la sabana, comer hierba verde, bañarme en el rio y sestear bajo los árboles.

No, Rosita tu sigue comiendo las flores que te he dicho y verás que bella elefanta serás.

Mamá por muchas aflores que como no me vuelvo rosa, ya estoy harta quiero ser como los demás elefantes.

“Veamos Rosita”, “¿Por qué quieres seguir con ese horrible color gris, que sienta tan mal a una elefantita? ¿Es que no te esfuerzas? ¿Es que eres una niña rebelde? Mucho cuidado, Rosita, porque si sigues así no llegarás a ser nunca una hermosa elefanta.

No me importa yo quiero ser como los demás elefantes

Y un buen día, Rosita, salió del jardincito vallado donde vivía y se fue a jugar en la hierba alta, entre los árboles de frutos exquisitos y en los charcos de barro.

La madre al verla se horrorizó, pero al ver a su hija feliz le dijo: aunque es muy difícil saber, en una manada, si eres elefante o elefanta tu sigue con tu color gris.

Moraleja: no quiera parecer lo que no eres.

El vídeo de La elefanta rosa

Ejercicio de comprensión lectora.

Ahora que has completado la lectura de “La elefanta rosa” ahora puedes realizar este trivia que hemos preparado para probar tu comprensión lectora. ¡Vamos a ello!
{Quiz}
Si lo prefieres, aquí te dejamos todas las preguntas para que lo imprimas y practiques en casa o en el cole.

1.- ¿Cómo tenía la piel la elefanta?
A.- Gris
B.- Blanca
C.- Rosa

2.- ¿Dónde estaba la elefanta?
A.- En el parque
B.-En una manada
C.- En un lago

3.- ¿Qué nombre le dio a la cría ?
A.- Teresita
B.- Elefantita
C.- Rosita

4.- ¿Qué le decía la mamá?
A.- Que comiera mucho
B.- Que comiera flores rosas
C.- Que comiera melón

5.- ¿Qué le decía la cría a su mamá?
A.- Que los elefantes azules
B.- Que los elefantes son grises
C.- Que los elefantes son blancos

6.- ¿Que quería la cría?
A.- Ser actriz
B.- Ser como los demás elefantes
C.- Ser de un bonito color

Actividades.

1.- Adivina adivinanza:

¿Qué cosa es? ¿Qué cosa es? Que corre mucho y no tiene pies.

2.- Acertijo:

En tus manos limpio, en tus ventanas sucio. Si sucio, me ponen limpio, y si limpio, me ponen sucio. ¿Qué es?

Las soluciones al final de página.

3.-Test de ortografía:

Completa las siguientes palabras con la letra correcta. Si no la sabes, búscala en el cuento.
Colección especial de fábulas y cuentos infantiles
En BelenCribs encontrarás muchas fábulas, cuentos infantiles e historias dedicadas a los niños y a su formación en valores. Entra en las secciones y visita el cuento que más te guste. También podrás realizar las actividades que te hemos preparado:

¿Qué nos enseña La elefanta rosa?

No queramos parecer lo que no somos nos advierte la moraleja del cuento La elefanta rosa. El refrán dice “Dime de qué presumes y te diré de qué careces

Por ejemplo si una persona se atribuye una virtud, pero no tarda en dar señales que contradicen eso mismo que pregona. En este caso, lo “promocionado” es algún rasgo o atributo que la persona se adjudica a sí misma.

Hay persona que presumen de lo que quisieran ser, pero no son. Lo que parece un charlatán que predica más de lo aplica es en realidad una persona atrapada en el marco de un mecanismo de defensa.

Ejemplos sobran. Es el caso de quienes desean comer hasta hartarse, pero creen que ese deseo es reprobable porque pueden engordar y ser rechazados. Entonces se dedican en forma fanática a promover dietas y a asquearse de la comida basura.

Mucho más común es el caso de las personas que se desviven en atenciones frente a alguien que, en el fondo odian o desprecian. No es que la persona mienta o finja deliberadamente, sino que es incapaz de reconocer sus propios sentimientos debido a una censura moral que se autoimpone.

¿Cómo te puede ayudar La elefanta rosa?

Hay personas que presumen para defenderse de si mismo, lo que obstaculiza la expresión del deseo es una conciencia moral extremadamente rígida, o un mandato externo que temes trasgredir. Por eso presumes de lo que no eres, sin que realmente esa sea tu intención.

Actualmente las redes sociales vienen a ser un auténtico catálogo de este mecanismo. A veces, parece que hubieran sido diseñadas precisamente para que cada persona pruebe ser “algo” que probablemente no es. Exhibes fotos sonrientes, aunque no estés tan feliz como quedó retratado. Presumes de tus viajes, tus nuevos trabajos, sus conquistas, pero algo habrá de incierto en ello cuando necesitas que otros te lo reconozcan.

Presumen de ser algo que no son, o de pensar algo que no piensas y para poder sostener este autoengaño tienes que estar alerta todo el tiempo. Vigilarte constantemente y probar a cada rato que no eres merecedor de ninguna sospecha. La situación puede volverse agobiante, porque el deseo reprimido retornará una y otra vez y te sentirás asediado por él.

Reflexión sobre La elefanta rosa

Hemo de preguntarnos en realidad quien soy. En ese afán por poner bajo control el deseo inconsciente que no quieres aceptar, es posible que llegues a experimentar una gran dosis de angustia.

Se puede generar una enorme tensión interior, entre aquello que puja por expresarse y el enorme esfuerzo que debes hacer para “mantenerlo a raya”. Pregúntate, ¿quién soy en realidad y qué quiero de la vida? En ocasiones, nos empeñamos en aparentar una vida llena de falsedades para sentirnos importante y llenar así un vacío emocional interior.

Si no somos capaces de conectar con nosotros mismos, nuestra fortaleza puede verse menguada y es posible que desarrollemos conductas compulsivas. Por eso, no debemos olvidar los deseos con independencia de lo que guarden.

Cuando nuestra conducta es coherente con aquello que pensamos, no necesitaremos presumir de nada para llamar la atención. El “dime de qué presumen y te diré de qué careces” habrá llegado a su fin y seremos personas completas.

Respuesta a la adivinanza: El viento

Respuesta al acertijo: {El pañuelo

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