Disfruta con la fábula «La mariposa blanca«, una historia aleccionadora que te puede ayudar en tu vida. Si sigues leyendo está fábula encontraras, tal vez, una solución a lo que estás buscando.
Desde BelenCribs queremos ayudarte y para ello te hemos preparado varias fábulas para entretenerte y colaborar contigo en la educación de tus hijos o alumnos. Junto con las fábulas, también, te traemos ejercicios de comprensión lectora y otras actividades que puedes realizarlas con los niños.
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La mariposa blanca
Era un hombre bueno y generoso. Sus vecinos estaban sorprendidos de que nunca se hubiera casado y vivera solo en aquel lugar.
Un día el anciano enfermó, y acudieron a cuidarle la viuda de su hermano y su sobrino, que le quería mucho.
Takahama les dijo:
–Creo que mi vida se acerca a su fin.
El sobrino le contestó:
-No te preocupes, te acompañaré en todo momento y cuidaré de ti durante el tiempo que lo necesites.
El sobrino no se retiraba de su lado. Una mañana, una mariposa blanca entró en la habitación en donde estaba el anciano. El joven intentó espantarla, pero la mariposa regresaba una y otra vez. Al final, la mariposa revoloteó sobre el anciano y luego abandonó la habitación. El chico, lleno de curiosidad, la siguió.
La mariposa blanca entró en el cementerio y se dirigió hacia una tumba, en donde comenzó a revolotear hasta que desapareció.
La tumba estaba rodeada por flores blancas muy bien cuidadas.
El joven, asombrado por lo que acababa de ver, regresó a la habitación de Takahama y descubrió que acababa de morir.
El sobrino corrió a buscar a su madre y le dijo lo que acababa de ver.
Su madre, lejos de asombrarse, sonrió y le dijo:
– Ya puedo desvelar el secreto de Takahama: mira cuando era joven, tu tío se enamoró de una chica llamada Akiko. Decidieron casarse, pero días antes de la boda ella murió y tu tío cayó en una profunda tristeza.
La madre continuó:
-Cuando se recuperó, decidió que jamás se casaría, y construyó esta casa junto al cementerio para visitar y cuidar cada día la tumba de su amada.
-Mamá, pienso que la mariposa blanca era Akiko que había venido a reencontrarse con su amado.
?El vídeo de la mariposa blanca
Comprensión lectora
1.- ¿Cómo se llama el protagonista del cuento?
A.- Takakama
B.- Takahama
C.- Tukama
2.- ¿Dónde había construido la casa?
A.- Al lado de un ciprés
B.- Al lado de un cerezo
C.- Junto al cementerio
3.- ¿Cómo era el hombre?
A.- Estupendo
B.- Bueno y generoso
C.- Un hombre fiel
4.- ¿Quién acudió a cuidarle?
A.- Sus primos
B.- Su cuñada y su sobrino
C.- Su pariente lejano
5.- ¿Quién no se retiraba de su lado?
A.- Su amigo
B.- Su cuñado
C.- Su sobrino
6.- ¿Qué entró en la habitación ?
A.- Un mosquito
B.- Una mariposa
C.- Un zángano
☑️Actividades
⌛1.- Adivina adivinanza:
❓2.- Acertijo:
TEST DE ORTOGRAFÍA
?¿Cuál es la moraleja de la fábula de la mariposa blanca?
Este cuento nos habla del amor de Takahama a Akiko . De aquí podemos deducir que el amor es eterno, no entiende de tiempo. Dios nos ha amado eternamente
Se suele decir que el amor no sabe ni entiende de edad, y es cierto. El amor es una emoción libre e ilimitada. Para el amor, no existe el tiempo. Es eterno y perdura para siempre es el amor que Dios nos tiene. No muere. Es infinito
Dios crea al hombre a su semejanza y le otorga en la creación un ámbito donde vivir para que desarrolle y dé forma a su existencia. En el pecado original, el amor de Dios reaparece, porque promete a un Salvador.
Amor por contrato
?¿Cómo te puede ayudar la moraleja de la fábula de la mariposa blanca?
La simbología de la mariposa blanca: En el mundo oriental, las mariposas blancas simbolizan la pureza de un alma libre, y la presencia de un alma personal También simboliza el renacer, el cambio o transformación total. De hecho, una mariposa nace de una metamorfosis, de una transformación, de un animal totalmente distinto.
Dicen que la visita de una mariposa blanca significa una buena noticia. Para Takahana lo fue, ya que al fin pudo reunirse con su amada.
El amor del hombre
?Reflexiones sobre la moraleja de la fábula de la mariposa blanca.
Mirad cuán gran amor nos ha otorgado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; y lo seamos.
El amor de Dios es eterno: Dios mismo es eterno, y Dios es amor; por tanto, como Él no tuvo principio, tampoco su amor lo tiene. Este concepto trasciende el alcance de nuestra mente finita. Sin embargo, cuando no podemos comprender, podemos adorar.
Tanto fue el amor de Dios que Él entregó a su propio Hijo por amor a nosotros, (1 Juan 4:10) “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros y envió a Su Hijo como propiciación por nuestros pecados”.
Repuesta a la adivinanza: La araña
Respuesta al acertijo: El caracol