La canción del amigo

? La canción del amigo ?

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Disfruta con la canción del amigo, una historia aleccionadora que te puede ayudar en tu vida. Si sigues leyendo está fábula encontraras, tal vez, una solución a lo que estás buscando.

¿Te has preguntado alguna vez cuando lees una fábula, leyenda o cuento en que te puede ayudar en tu vida?. Si dudas sigue leyendo está fábula encontraras, tal vez, una solución a lo que estás buscando.

No importa la edad que tengas; una fábula como una parábola te marca un camino que puedes seguir.

Desde BelenCribs queremos ayudarte y para ello te hemos preparado varias fábulas para entretenerte y colaborar contigo en la educación de tus hijos o alumnos. Junto con las fábulas, también, te traemos ejercicios de comprensión lectora y otras actividades que puedes realizarlas con los niños.

?La canción del amigo

Un amigo es para el amigo

Una puerta que se abre de par en par

Un querer para el otro lo mejor

Un consuelo en la necesidad

Un corazón que se alegra

con nuestras alegrías

y se une en nuestra adversidad

un aliento en la dificultades

un salir de uno mismo por el otro

no es simpatía o trabajo en común

es benevolencia y bien para él otro

solo se es amigo si tenemos algo que dar

y la humildad suficiente para recibir

en la amistad damos optimismo

Alegría y comprensión

si esto no existe no tiene ningún valor

Al amigo le abrimos el alma y nuestro yo

Hablamos de frente con naturalidad

La amistad necesita ser protegida

Contra el paso del tiempo, que lleva al olvido

Al amigo se le pide que sea fiel

Que se mantenga firme en las dificultades

En cualquier situación

Cuánto vale un amigo fiel

Que se alegra contigo en la prosperidad

Y comparte su dolor en la adversidad

La amistad es muy humana pero también divina

Porque sabe de nuestras flaquezas

y eso nos llena de riquezas

El amigo está siempre esperándonos

Como guardián que vela, noche y día

En la horas amargas y en las alegrías

Tengamos abiertos nuestros corazones a la amistad sincera

Que un amigo es con quien compartimos nuestra alegría y nuestra pena.

?El vídeo de la canción del amigo

?Comprensión lectora

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La canción del amigo

¡Ponte a prueba y responde a este trivia y descubre cuanto has comprendido sobre esta fábula!

1 / 6

¿Qué debe compartir el amigo?

2 / 6

¿Cómo hemos de tener el corazón?

3 / 6

El amigo está siempre

4 / 6

¿Qué se le pide a un amigo?

5 / 6

¿Qué es un amigo para el amigo?

6 / 6

¿Qué necesita la amistad?

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1.- ¿Qué es un amigo para el amigo?

A.- Una persona estupenda

B.- Una puerta que se abre

C.- Una necesidad

2.- ¿Qué necesita la amistad?

A.- Ser protegida

B.- Que sea amable

C.- Que no se olvide

3.- ¿Qué se la pide a un amigo?

A.- Que sea puntual

B.- Que sea listo

C.- Que sea fiel

4.- ¿Qué debe compartir el amigo?

A.- Que comparte las opiniones

B.- Que comparte el dolor

C.- Que camparte la lectura

5.- ¿Cómo hemos de tener el corazón?

A.- Cerrado

B.- Abierto

C.- Operado

6.- El amigo está siempre

A.- Alerta

B.- Esperándonos

C.- Sonriéndonos

Test de ortografía: La canción del amigo

1. _liento

 
 

2. comprensi_n

 
 

3. a_versidad

 
 

4. guardi_n

 
 

5. com_n

 
 

☑️Actividades

✍️1.- Escribe una carta a un amigo que hace tiempo que no ves.

✍️2.- Escribe las cinco frases sobre la amistad

Colección especial de fábulas y cuentos infantiles
En BelenCribs encontrarás muchas fábulas, cuentos infantiles e historias dedicadas a los niños y a su formación en valores. Entra en las secciones y visita el cuento que más te guste. Tambien podrás realizar las actividades que te hemos preparado:

?Amistad

En tiempos de coronavirus, y de distanciamiento social o separación personal, nos pasa, al menos a mí, que dedicando menos tiempo a mis amigos, debido a las diversas situaciones y “bombardeos” que provoca el coronavirus, sin embargo me está acercando más a ellos.

No sé, quizá sea la necesidad que tenemos de darnos apoyo y de estrechar lazos en momentos de incertidumbre sobre todo.

Como indica Cicerón, en su libro sobre la amistad –Laelius de amicitia-, resulta que “la amistad contiene muchísimas y grandísimas ventajas… porque hace brillar una buena esperanza para el futuro y no permite que los espíritus se debiliten o decaigan…

Y los ausentes están presentes y los necesitados tienen abundancia y los débiles están fuertes”.

Decían los antiguos que idem velle, idem nolle, querer lo mismo y rechazar lo mismo, es lo reconocido como el contenido de la amistad y del cariño: hacerse semejante al otro, que lleva a un pensar y querer comunes.

Son los pequeños círculos de amistad adensada los que transforman el mundo. Ahí no valen cabriolas intelectuales: se derrumban ante la sencillez de la mistad sincera y de la verdad desnuda.

Cicerón, en la obra citada, da una hermosa definición de lo que es la amistad: “una coincidencia en todos los asuntos humanos y divinos, unida con afecto mutuo y benevolencia”.

Por ello, añade, solo los buenos, los que quieren ser virtuosos y tienen fines nobles, pueden ser amigos: los malos nunca pueden ser amigos, sino meros compinches.

Ciertamente, el concepto clásico de amistad no es del todo completo, ya que implica un lazo entre personas que tienen una semejanza de carácter formal basado en unos códigos comunes firmemente establecidos.

Y en la que subyace la idea de la reciprocidad, es decir el equilibrio entre los intercambios, materiales o simbólicos, que realizan los amigos.

Sin menoscabo de lo anterior, y siguiendo la estela ciceroniana de la benevolencia, el cristianismo dará una impronta muy elevada al concepto de amistad, que es enaltecida a máxima categoría divina: ahora somos amigos e hijos de Dios, que hace salir el sol sobre buenos y malos, y que hace llover sobre justos e injustos.

Ciertamente, no desea la muerte del malvado, sino que se arrepienta y viva.

Esto significa que Dios, que quiere ser nuestro amigo, ya no nos considera unos pringados, pues nadie es más amigo que aquel que da la vida por sus amigos, como dijo Cristo.

Y no solamente eso, sino que lo demuestra con un hecho sublime: la misma cruz. Ya no hay reciprocidad, sino un darse sin esperar devolución.

Lo que a veces acontece en nuestra vida: hacer el bien sin esperar a que nos paguen con la misma moneda.

Y para el amigo de Dios, sus preceptos no son ya algo externo, mandado, pues la amistad comporta que nuestra voluntad se adecúe a la suya -idem velle, idem nolle- y que sus mandatos no sean una imposición exterior.

Por tanto aspiramos a que nazcan de nuestra propia voluntad, porque me da la gana, una vez considerado con el amigo la bondad de su consejo, que es precisamente el fruto maduro de la amistad: ayudarnos a ser buenos. Pedro López

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