Disfruta con la fábula «El helecho y el bambú«, una historia aleccionadora que te puede ayudar en tu vida. Si sigues leyendo está fábula encontraras, tal vez, una solución a lo que estás buscando.
Desde BelenCribs queremos ayudarte y para ello te hemos preparado varias fábulas para entretenerte y colaborar contigo en la educación de tus hijos o alumnos. Junto con las fábulas, también, te traemos ejercicios de comprensión lectora y otras actividades que puedes realizarlas con los niños.
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El helecho y el bambú
Un día el negocio comenzó a ir mal y los ingresos decrecieron
Kishiro le dijo a su mujer:
-Hemos de marcharnos de aquí y buscar otro lugar donde pueda volver a ganar dinero.
Se trasladaron a otro lugar, pero a Kishiro no le fueron bien las cosas.
Su mujer lo animaba diciéndole:
-Kishiro yo te ayudaré y veras como salimos adelante.
Desesperado, Kishiro fue a busca la ayuda de un anciano sabio que vivía en el bosque. Cuando Kishiro terminó de hablar y exponer los problemas, el sabio se levantó y le pidió que le siguiera a la parte trasera de la casa.
El anciano le mostró a Kishiro dos plantas: un helecho y un bambú.
-Mira estas dos plantas yo planté las semillas al mismo tiempo. El helecho en seguida creció con sus preciosas y brillantes hojas verdes. Pero el bambú se negaba a salir. Pasó un año y el helecho seguía creciendo y extendiéndose, mientras que el bambú seguía sin nacer .
El anciano continuó hablando:
-Yo seguía regando y cuidando las dos. Por fin, a los cinco años apareció el bambú. Entonces comenzó a crecer y a crecer con rapidez. De pronto alcanzó los 10 metros, luego 20… ¡y míralo ahora! ¡Es altísimo! Pero… ¿sabes por qué tardó el bambú tanto en salir?
Kishiro respondió:
-La verdad es que no se me ocurre nada…
-Porque el bambú estuvo cinco años dedicándose a fortalecer su raíz. Para poder crecer luego tanto, necesitaba tener una raíz grande y fuerte. Por eso tardó tanto en crecer. Ambos son necesarios en el bosque, aunque cada uno tienen un cometido diferente. -finalizó el anciano.
?El vídeo del helecho y el bambú
Moraleja: Los días buenos nos dan felicidad, pero los malos, nos dan experiencia.
?Comprensión lectora
1.- ¿Cómo se llama el protagonista?
A.- Kishiro
B.- Kasiro
C.- Casimiro
2.- ¿Qué oficio tenía ?
A.- Herrero
B.- Panadero
C.- Carpintero
3.- ¿Qué le dijo a su mujer?
A.- Que eran felices
B.- Que tenían que marcharse de allí
C.- Que tenían una buena empresa
4.- ¿Qué le decía la mujer?
A.- Que comprara pan
C.- Que le ayudaría
C.- Que cuidara de los hijos
5.- ¿Qué fue a buscar al bosque?
A.- Setas
B.- Un anciano sabio
C.- En buen amigo
6.- ¿Cuánto tiempo tardó en crecer el bambú?
A.- Tres años
B.- Cinco años
C.- Dos años
☑️Actividades
⌛1.- Adivina adivinanza:
❓2.- Acertijo:
Si no sabes las respuestas las tienes al final de página
?¿Cuál es la moraleja de la fábula del helecho y el bambú?
La moraleja nos dice que los días buenos nos dan felicidad, pero los malos, nos dan experiencia.
La felicidad te mantiene dulce, los intentos fallidos te fortalecen, las desgracias te hacen más humano, las caídas te mantienen humilde y el éxito te ofrecerá brillo.
La poquedad del ser humano resalta con demasiada evidencia. Vemos, frecuentemente, tantas aspiraciones grandes con las que el hombre sueña y que, en cambio, no efectuará nunca, aunque sólo sea por falta de tiempo.
Piensa en lo que realizamos mal, en las equivocaciones que podrían evitarse y no se evitamos. Continuamente experimentamos nuestra personal ineficacia. Pero, a veces, parece como si se juntasen todas estas cosas, como si se nos manifestasen con mayor relieve, para que nos demos cuenta de cuán poco somos. ¿Qué hacer?
?¿Cómo te puede ayudar la moraleja de la fábula del helecho y el bambú?
Decía san Josemaría que no nos debe llamar la atención si somos deleznables, que no nos choque comprobar que nuestra conducta se quebranta por menos de nada; confiad en el Señor, que siempre tiene preparado el auxilio: el Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?. A nadie: tratando de este modo a nuestro Padre del Cielo, no admitamos miedo de nadie ni de nada.
Yo te aconsejo que si no consigues aún lo que buscas, no desesperes. Tal vez estés echando raíces.
?Reflexiones sobre la moraleja de la fábula del helecho y el bambú.
Dios resiste a los soberbios, pero a los humildes da su gracia, enseña el Apóstol San Pedro. En cualquier época, en cualquier situación humana, no existe más camino que el de la humildad. ¿Es que el Señor se goza acaso en nuestra humillación? No. ¿Qué alcanzaría con nuestro abatimiento el que ha creado todo, y mantiene y gobierna cuanto existe? Dios únicamente desea nuestra humildad, que nos vaciemos de nosotros mismos, para poder llenarnos; pretende que no le pongamos obstáculos, para que quepa más gracia suya en nuestro pobre corazón.
Repuesta a la adivinanza: La avellana
Respuesta al acertijo: El té